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EDITORIAL

Zapatero en su sitio, entre Annan y Erdogan

Tan convencido está de los eslóganes que la izquierda distribuye al por mayor que ha terminado rematando el ridículo con un informe largo, pesado, lleno de vaguedades y que consagra lo peor del apaciguamiento frente a la barbarie islamista.

La puesta de largo en Estambul de la fatua y jactanciosa "Alianza de Civilizaciones" sirvió a Zapatero como excusa para hilvanar un afectadísimo discurso en el que no dijo absolutamente nada útil. Escoltado por Kofi Annan y el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, el presidente del Gobierno presentó el informe final sobre la "Alianza de Civilizaciones", una desafortunada ocurrencia que, aunque Zapatero considera suya, fue planteada por vez primera por el presidente de Irán. Este extremo, por razones obvias, suele distraerse a la leal audiencia de este tipo de festivales que, con abundante dinero público, riegan los políticos que presumen de concienciados.

De la "Alianza de Civilizaciones" poco más se puede decir: simple charlatanería muniquesa sobre la que el Gobierno español ha edificado toda su política exterior. Ningún país serio ha apoyado la iniciativa, y en Estambul, aparte de los presentes, no se dejó ver un solo representante del mundo occidental que, por su respeto a la democracia, las libertades civiles y los derechos humanos, es el único al puede considerarse civilizado. Esto Zapatero lo sabe y, si no él, sí sus asesores de Exteriores. Pero su modo de entender la diplomacia y, sobre todo, los complejos asuntos internacionales es peculiar. Tan convencido está de los eslóganes que la izquierda distribuye al por mayor que ha terminado rematando el ridículo con un informe largo, pesado, lleno de vaguedades y que consagra lo peor del apaciguamiento frente a la barbarie islamista.

Las 39 páginas del informe son el símbolo del lugar que Zapatero y, por ende, España, ocupan en el panorama mundial. Entre un burócrata amigo de dictadores de todo pelaje, salpicado por incontables casos de corrupción, y el primer ministro de un país que, queriendo entrar en Europa, ni siquiera da la talla ausentándose durante la visita del Papa a Turquía. Más allá de las cabriolas tercermundistas con Chávez, Evo Morales o Fidel Castro, existe otro Zapatero, el de ayer en Estambul.

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