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Agapito Maestre

Salvemos al presidente del Terror

Tres días antes de que fueran convocados los españoles, ellos echaron sus negras papeletas para cambiar el signo del Gobierno de la nación. Lo consiguieron. 192 muertos en el camino.

La situación de España está en una encrucijada agónica. Quienes quieran claudicar al terror sigan a Zapatero. Quienes quieran mantener su ciudadanía española y caminar erguidos sigan a las víctimas del terrorismo. Salgamos el sábado a la calle a acompañar a las víctimas, a los caídos por ser ciudadanos de España, para avisar otra vez al Gobierno de que no aceptaremos la rendición en nombre de todos nuestros muertos. Porque las víctimas son de todos los españoles, todos tenemos que salir a la calle a gritarle a este Gobierno que en su nombre no nos rendimos a los asesinos. Salgamos el sábado a la calle para fiscalizar a un Gobierno que no defiende a la nación, a esa unidad colectiva de sufrimientos, que nadie mejor que las víctimas del terrorismo representan hoy en España.

Pero salgamos también a la calle porque no queremos que nadie, ningún español, ni siquiera Zapatero, pase a la historia como un traidor a la nación. Pasamos, sí, por tener un presidente de Gobierno del Terror, pero no seríamos dignos de llamarnos españoles si no tratásemos de persuadir a este hombre de que una cosa es llegar al Gobierno por el Terror y otra muy distinta entregarse a él. En efecto, un futuro historiador del actual período de nuestra democracia no pasará por alto el trágico suceso que llevó a Zapatero al poder. No podrá ocultar que los terroristas fueron los primeros en votar en las últimas elecciones. Tres días antes de que fueran convocados los españoles, ellos echaron sus negras papeletas para cambiar el signo del Gobierno de la nación. Lo consiguieron. 192 muertos en el camino. ¿Quién cometió el terrible atentado? No se sabe. Todos son dudas. El futuro historiador, sin duda alguna, también relatará que a los tres años de la tragedia, por desgracia, aún no han sido despejadas las dudas respecto a algún tipo de intervención de ETA.

Cuando alguien lea la crónica de ese futuro historiador, no podrá dejar de pensar que gracias al Terror un político llegó a la presidencia del Gobierno. Además, porque la historia es implacable con sus protagonistas, el historiador añadirá que así lo confirmaron con declaraciones contundentes jefes de Estado como Bush y Putin, y también grandes intelectuales de todo el mundo, especialmente hispanistas de origen sajón dedicados al estudio de la historia reciente de España. Ninguno de esos grandes protagonistas dejaron de recordar que Zapatero llego al poder después de un terrible acto de Terror. Comprendo que tiene que ser terrible para el protagonista recordar este hecho.

Pero aún tiene que ser más terrible para un hombre decente, por ejemplo, para Zapatero, pensar que la historia, el futuro narrador de nuestra actual etapa de Gobierno, dejará constancia de que las más grandes movilizaciones del tejido vivo de la sociedad española, la España vital, lo mejor de la sociedad se manifestó, convocada por las víctimas del terrorismo, incluidas las 192 del 11-M, contra un presidente que no sólo llegó después de un acto de terror al poder, sino que pretendió entregarse a la locura terrorista... Esperemos, por el bien de Zapatero y de la Nación española, que la manifestación del sábado tenga éxito, o sea, que consiga hacerle ver a este hombre que aún está a tiempo de que todo termine en un mero gesto. Esperemos que Zapatero abandone la negociación con ETA por respeto a la dignidad herida de las víctimas. Esperemos, en fin, que también Zapatero soporte la luz que nos traen las víctimas.

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