Menú
Ignacio Villa

El tridente del 11-M

Gracias a Manzano y a sus meteduras de pata y posteriores cambios de opinión se ha puesto en primer plano la importancia que tiene, para averiguar el responsable de las matanzas, la composición de los explosivos utilizados.

Con la destitución de Sánchez Manzano como jefe de los TEDAX, el ministro Pérez Rubalcaba se quita del medio uno de los tres diques de contención que han permitido sostener la versión oficial sobre el 11-M al Gobierno, poniendo todos los impedimentos posibles a la verdad sobre los atentados. Eran tres. El primero era Telesforo Rubio, comisario general de Información hasta que el ministro Rubalcaba lo cesó hacia arriba después del verano. La segunda punta de este tridente es el comisario Miguel Ángel Santano, que ahora está procesado por la falsificación del informe del ácido bórico. El tercero y último, Sánchez Manzano finalmente ha sido cesado.

Mucho se ha dicho y escrito sobre este policía y sobre la poca competencia demostrada para el puesto que ocupaba, pero quizá lo más reseñable de su tiempo al frente de los TEDAX ha sido su trabajo incansable para que se siga sin conocer la composición de los explosivos que estallaron en los trenes el 11 de marzo. Después de decir en la comisión que en los focos había restos de nitroglicerina, lo que hacía imposible que se hubiera empleado la Goma-2 ECO encontrada en Leganés, la mochila de Vallecas y la furgoneta de Alcalá, tuvo que desdecirse ante el juez para no echar abajo todo el sumario. ¿Fue un error fruto de la ignorancia su declaración ante los parlamentarios? Quizá, pero gracias a Manzano y a sus meteduras de pata y posteriores cambios de opinión se ha puesto en primer plano la importancia que tiene, para averiguar el responsable de las matanzas, la composición de los explosivos utilizados. Por el momento seguimos sin saber qué estalló en los trenes. Y pensar que es casualidad que aún no sepamos un dato tan básico para el esclarecimiento de cualquier crimen como es el arma homicida es una ingenuidad tal que es difícil de creer que sea sincera.

La situación de los miembros del tridente del 11-M nos hace pensar que el Gobierno no está nada contento con la forma en que han gestionado la estrategia de confundir a la opinión pública. Rubio, Santano y Sánchez Manzano tenían el objetivo de tejer un enredo complicado e ininteligible para que las dudas sobre los atentados de Madrid se fueran diluyendo en el recuerdo, haciendo olvidar a los españoles su afán por conocer la verdad sobre los atentados. Pero casi tres años después, los interrogantes siguen sin ser resueltos y cada vez hay más españoles que manifiestan querer saber la verdad sobre la masacre. El tridente, por tanto, ha fracasado en sus objetivos. No es de extrañar que se lo estén sacando de encima.

En España

    0
    comentarios