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Antonio José Chinchetru

David Bisbal, mejor calladito

Hablar de lo que se conoce y callar sobre los asuntos en los que uno es totalmente lego es una muestra de prudencia propia de personas inteligentes.

Otro cantante que se suma a la legión de artistas y artistillas que creen conocer el origen de los males que afligen a su profesión. David Bisbal lo tiene claro: "Si ilegalizaran programas como eMule o LimeWire se salvaría la música". Pues no, el triunfito está totalmente equivocado. En primer lugar porque la música no necesita ser salvada, lo único que está en peligro es un modelo de negocio obsoleto totalmente ajeno a la realidad actual. El triunfito piensa que debido a que sabe hacer algo bien (que eso merezca ser llamado música o no es una historia que ahora no viene a cuento) es capaz de comprender una realidad, la del mercado musical, que va más allá de su especialidad.

Bisbal se dedica a cantar, pero eso no le convierte en un experto en el mercado musical. Si lo fuera sería consciente de que el eMule y similares no son un peligro para él. Miles de personas que jamás comprarían un CD de este triunfito sí se descargan sus canciones en redes de pares, y una parte nada despreciable de ellos seguramente llegue a cogerle tanto gusto a escucharlas ("hay gente pa to", que diría el torero) que después se convierta en una nada despreciable proporción del público de sus conciertos. Si el ex-ricitos quiere perder esa fuente de ingresos, allá él. Al menos hay que reconocerle que, a diferencia de otros de su gremio, el no insulta y criminaliza a quienes utilizan los programas P2P para conseguir música.

El triunfito cree que el problema es que los españoles no estamos concienciados de la situación de la música y que "por eso es necesario seguir peleando". Claro que su modo de "pelear" para concienciar es prohibir los programas a los que él culpa de algo que no existe. Otro tipo de lucha sería legítimo. Si Bisbal y su discográfica quisieran gastarse cientos de miles o incluso millones de euros de su bolsillo en hacer campañas tratando de convencer de que compren CDs o adquieran música en iTunes, estarían en su perfecto derecho. Se equivocarían, pero sería un error legítimo.

Lo que no es legítimo es pretender poner al Estado, mediante la creación de leyes que prohíban cosas que a ellos no les gustan, al servicio de sus intereses (aunque en realidad tan sólo lo sean de las discográficas y no de los cantantes). Además, Bisbal comete otro error, lo que demuestra que además de no ser un experto en el mercado musical tampoco lo es en Derecho, y es etiquetar de "ilegales" las descargas de música en redes de pares. Antes de hablar debería informarse, así descubriría lo equivocado que está. Puede que en otros países lo sean, pero en España no existe ninguna legislación en ese sentido.

David Bisbal se debería dedicar a lo que sabe hacer: interpretar música ligera diseñada para tener éxito de masas. Los análisis sobre el mercado musical y el Derecho debería dejárselos a otros. Hablar de lo que se conoce y callar sobre los asuntos en los que uno es totalmente lego es una muestra de prudencia propia de personas inteligentes. Tal vez el triunfito debiera tomar nota de ello.

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