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Amando de Miguel

Onomástica

José Vela conoce al gerente de una Asociación de Constructores apellidado Piédrola. Recuerda que el ganador del Pelo Pantene 2005 se llama José Cabello. Un conocido suyo, Felipe Barco Rivero, vive en la calle Velero de un pueblo malagueño.

Julio Barrenengoa Sañudo me cuenta que en el cementerio ha visto una lápida con este simpático nombre: Santiago Santiago Santiago. Don Julio me incluye un largo artículo de Leonardo Haberkom sobre la orgía de nombres raros, estrafalarios, que se encuentran en Uruguay. Selecciono una pequeña muestra de nombres a cual más hilarante:

  • Flash
  • Filete
  • Democrático
  • Amada Inglaterra
  • Feo Lindo
  • Libre Albedrío
  • Marca Registrada
  • Trademark
  • Desdichado
  • Preciosísima del Campo
  • Subterránea Gadea
  • Caricias de la Quintana
  • Esclavitud Sánchez
  • América Heroica
  • Lucas Delirio (conocido político)
  • Flor de un Día
  • Napoleón Beethoven Javier

No solo hay nombres propios extravagantes sino apellidos llamativos de acuerdo, además, con otras circunstancias vitales. José Vela conoce al gerente de una Asociación de Constructores apellidado Piédrola. Recuerda que el ganador del Pelo Pantene 2005 se llama José Cabello. Un conocido suyo, Felipe Barco Rivero, vive en la calle Velero de un pueblo malagueño.

Raquel García (Soria) conoce a un señor llamado Máximo Caballero Verde, que "hace bromas al respecto". Así me gusta.

Antonio Rivera aporta un nombre verdaderamente llamativo: María Fínibus. Así se llaman algunas mujeres de Almendralejo (Badajoz), cuya patrona es Nuestra Señora de Finibus Terrae.

José Miguel Ruano (Salamanca) me comunica el nombre de dos clientes del banco donde trabaja su hijo. Son marido y mujer: Rufino Colilla Calao y Paloma Alegre Galán. Don José Miguel fantasea sobre lo divertida que puede ser la combinación de apellidos para los hijos. Colilla Alegre Colao Galán.

Antonio Olea Casas (Bueu, Pontevedra) aporta la solución definitiva al enigma del nombre propio que no lleve ninguna letra de "Carlos". Hay dos: Kevin (santo irlandés) y Medín (catalán). Cuenta don Antonio que con esa respuesta ganó ya una opípara cena que había apostado con un amigo.

Vicente Ibarra aporta tres nombres que no tienen ninguna letra de "Carlos": Quintín, Medín y Pudente. Se agradece el esfuerzo inquisitivo de don Vicente. Por cierto, Vicente también cumpliría la condición dicha.

Antonio García Vilanova me proporciona unos datos precisos sobre la significación de San Medín, "compañero de martirio de San Severo, obispo de Barcelona en el siglo IV. Medín era un modesto agricultor del Vallés y fue inmolado en Sant Cugat junto a Severo, Cucufato y Félix. Su fiesta es el 3 de marzo. Definitivamente sale ganador de la prueba de los nombres españoles de varones que no llevan ninguna de las letras de Carlos.

Don Antonio acompaña una larga lista de curiosidades del lenguaje. Entresaco algunos:

Paradojas léxicas:

  • El mendigo es desastrado. ¿Acaso el caballero es sastrado?
  • ¿Será sastre lo contrario de desastre?

Oxímoron irónicos:

  • Autoridad competente
  • Izquierda Unida

Trabucamientos:

  • hacer nairobi (= aerobic).
  • estar metido en el aborigen (= la vorágine).
  • valga la rimbombancia (= redundancia).
  • me lavo las manos como Nerón (= Pilatos).
  • iniciarse las hostialidades (= hostilidades).
  • se me ponen los pelos de gallina (= los pelos de punta o la carne de gallina).
  • tomarse un año selvático (= sabático).
  • ¿a qué edad les llega a las niñas la masturbación? (= la menstruación).

Jaime Lerner (Tel Aviv, Jerusalén) resucita después de una complicada estadía en el hospital. Bienvenido sea a la comunidad libertaria. Aprovecha para incorporarse a la divertida cuestión de los nombres propios. Lo hace con su tradicional gracia para la nostalgia:

Tuve yo en mi colegio secundario entrerriano un profesor de matemáticas que se vio bendecido por el nacimiento de mellizos. Y el muy matemático los hizo bautizar con los nombres de Máximo Primero al que salió primero y Mínimo Segundo al que nació en segundo término. La naturaleza desoyó a las matemáticas de mi buen profesor, y Mínimo Segundo fue con los años mucho más corpulento y robusto que Máximo Primero.

Eva María López me proporciona los nombres de algunos parientes, todos zamoranos: Elidia, Eladio y Sibilina. Añado que mi abuelo materno se llamaba Eladio. Nunca creí que se tratara de un nombre raro, hasta que caí en la cuenta de que no había aparecido ningún otro Eladio en mi vida.

Julio Casanova comenta con sorna que la Constitución de 1978 fue promulgada el 6 de diciembre, festividad de San Bonifacio, San Mayórico, San Nicolás, San Pedro Pascual, San Policronio, Santa Asela, Santa Dátiva y Santa Leonia. Sería divertido que llamáramos a la Constitución "la Nicolasa". Me parece una excelente iniciativa. El pueblo, siempre tan expresivo, llamó a la Constitución de 1812 "la Pepa", al ser promulgada el 19 de marzo, festividad de San José. Por cierto, en la oración que leyó el presidente Marín en el Congreso para celebrar el aniversario de la Constitución, se refirió varias veces a la "ciudadanía" y ninguna al "pueblo". Y eso que el preámbulo del texto de 1978 concluye: "En consecuencia, las Cortes aprueban y el pueblo español ratifica...". El art. 1,2 dice: "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado". ¿A qué santo viene, entonces, lo de la ciudadanía?

Ángel Rodríguez (Madrid) aporta otra versión de un dicho sobre San Cucufato a propósito de buscar las cosas que se pierden: "San Donato, San Donato, los cojones te ato; hasta que no lo encuentre, no te los desato". Estoy seguro de que la irreverente jaculatoria funciona.

Fernando Sánchez (malagueño residente en el País Vasco) me cuenta que está haciendo un trabajo sobre los nombres propios. Un capítulo será sobre "los nombres que se inventan para no decir España". Espero que me comunique algunos de sus hallazgos. Hay dos libros interesantes sobre el particular: Camilo José Cela, Diccionario geográfico popular de España. I. Introducción a la dictadología tópica. España. (Noesis). Cándido María Trigueros, Memoria sobre el nombre de España, (Real Academia de la Historia).

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