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Amando de Miguel

De los errores se aprende

Quedan peor los términos técnicos: "mi cónyuge, mi consorte". También está la fórmula inglesa: "Esta es Pili". Si se quiere una versión castiza: "Aquí una enmienda a la totalidad".

Roque Hernández Durán me ha cogido un buen gazapo: "Vicente no cumple la condición de no contener ninguna letra de Carlos, como usted afirma, puesto que contiene la c". En efecto, así es, y pido perdón. Mi única y débil defensa es que el sonido "ce" es distinto al de "ca", y por eso me equivoqué. ¿Pero es que ni siquiera nos puede consolar que Homero se echara alguna vez la siesta?

Martín Cuenca me reprende cariñosamente por haber escrito "testí-culo" al partirla así al final de una línea. Tiene toda la razón don Martín: "En tipografía son inadmisibles las particiones de palabras de las que resulte una frase [una voz] malsonante". Pone como ejemplos: di-putado, tubér-culo, sa-cerdote, bí-pedo, etc. A propósito de lo cual me advierte que las letras de las matrículas de los coches son siempre consonantes. De esa forma se evita que se formen voces que pudieran sonar como chanzas o cosa peor. Aprovecha la ocasión don Martín para consultarme la fórmula más apropiada en una presentación: "Mi mujer, mi esposa o mi señora". Para mi gusto la fórmula más sencilla es "mi mujer". Ahora hay más variaciones: "mi chica, mi novia, mi amiga, mi parienta, mi compañera". Quedan peor los términos técnicos: "mi cónyuge, mi consorte". También está la fórmula inglesa: "Esta es Pili". Si se quiere una versión castiza: "Aquí una enmienda a la totalidad".

Nicolás insiste en que los cartularios de Valpuerta [con las primeras palabras escritas en castellano] son muy anteriores a las Glosas Emilinenses [las de San Millán de la Cogolla]. Por tanto, el castellano no nació en La Rioja sino más al norte, en lo que se llamó Castilla Vátula. Agradezco mucho la corrección de mis apreciaciones, que no son de un experto. Lo que sí me parece claro es que los primeros castellanoparlantes cultos hablarían latín y vascuence. Por eso la fonética vasca es tan familiar para un castellanoparlante de hoy.

Agustín Fuentes teme que "cada vez hablaremos peor" en vista de que en LD sale una reseña en la que se dice que "Felipe González dictó una conferencia en México". Creo que esta vez se pasa, don Agustín. El verbo dictar, según el DRAE, significa "pronunciar, impartir una clase, una conferencia, etc.". Es un significado perfectamente castizo; procede del latín. Sí tiene mucha razón don Agustín al lamentarse de esta frase, incluida en la conferencia de Felipe González: "Los andaluces somos andaluces porque no somos andaluces, o sea, nunca le hemos ganado una pelea a nadie y los conquistadores, en Andalucía, devinieron en conquistados en primera generación". La frase no la habría mejorado Cantinflas.

Luis Lebredo (Redlands, California, USA) precisa que la canción cubana sobre Fidel dice: "Llegó el comandante y mandó a parar". Está dicho en cubano: Fidel mandó que pararan los abusos de la dictadura anterior. Algunos cubanos cantan hoy "Llegó el comandante y mandó a parir". Se agradece la precisión.

Agustín Fuentes recoge de un carpintero la expresión "armarios empodridos" (= empotrados). No es un error sino que el carpintero adopta esa expresión como usual. Don Agustín registra otra forma del habla popular: "¿A qué hora vais a venir?" cuando se quiere decir: "¿A qué hora vais a llegar?". Entiendo que la confusión entre "ir, venir y llegar" quizá proceda del catalán, así como la que sustituye el "quitar" (una prenda de ropa) por el "sacar". Es evidente que solo se puede sacar algo que previamente se ha metido, o también que algo que se quita es porque antes se ha puesto.

EGM comenta que se oye mucho la locución "cosas veredes", que está en el Cantar de Mío Cid. "Sin embargo hay periodistas que dicen tomar [esa expresión] del Quijote: cosas veredes, Sancho". No me suena lo de "cosas veredes, Sancho". Seguramente es otra de las falsas citas del Quijote que por ahí corren. Solo recuerdo la frase "dígole a vuessa merced, mi señor don Quixote, que es una de las cosas más de ver que hoy tiene el mundo".

Manuel Delgado Tenorio acusa la confusión que llevaba un texto referido a José María Navia-Osorio. Aclara don Manuel que los nababs o nabobs eran los príncipes musulmanes de la India que se enriquecieron en la época del imperio inglés. Los whighs pertenecían al partido opuesto a los tories. Puede que la confusión la introdujera yo, inadvertidamente, en la comunicación de don José María.

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