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EDITORIAL

Noticias esperanzadoras desde Irak

El enfrentamiento contra los terroristas del clérigo chií Ahmed Hasan así como las detenciones de varios lugartenientes de Al Sadr durante la última semana sugieren que los días de vino y rosas para los terroristas chiíes han terminado.

Aumentar las tropas norteamericanas en Bagdad no era lo más importante. Si algo había necesario para reducir las noticias sobre atentados provenientes de Irak era cambiar las reglas de enfrentamiento que han de seguir los soldados ya desplegados en la zona y presionar al Gobierno de Maliki para que dejara de hacer la vista gorda con la violencia proveniente de los ejércitos privados de algunos clérigos chiíes, especialmente Moqtada al Sadr.

El nombramiento del general David Petraeus, experto en contrainsurgencia y que declaró durante la audiencia en la que fue confirmado en el Congreso que lo más importante es cómo iban a ser empleadas las nuevas tropas más que su número, parece un paso en la dirección correcta. También lo es el permiso de Bush de que las tropas puedan atacar y matar a los agentes iraníes que trabajan para que Irak nunca se estabilice.

Por parte iraquí, se han visto durante estos días algunos cambios que bien pudieran suponer un cambio de tendencia. El enfrentamiento contra los terroristas del clérigo chií Ahmed Hasan que ha dejado más de 250 muertos así como las detenciones de varios lugartenientes de Al Sadr durante la última semana sugieren que los días de vino y rosas para los terroristas chiíes han terminado. No obstante, también podrían ser un intento de contentar al Gobierno estadounidense por parte del iraquí que se iría diluyendo con el tiempo según se afloja la presión. Será determinante, por tanto, la suerte del propio Al Sadr para evaluar hasta qué punto este cambio se va a mantener.

Es improbable que los demócratas se arriesguen durante los próximos meses a desmarcarse por completo de este cambio de estrategia, no fuera a salir bien. Por eso han confirmado por un lado el nombramiento de Petraeus mientras aprueban una moción sin efectividad ninguna protestando por un aumento de tropas que cuenta con el beneplácito del nombrado. Pero estos meses que previsiblemente dure una relativa tregua en el Congreso serán cruciales para el futuro de Ïrak. Si no se logran avances significativos, es probable que los demócratas intenten dar la puntilla a la legislatura y, con ello, a Irak.

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