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Carlos Rodríguez Braun

Nobleza

El socialismo de todas las variantes, desde el comunismo más criminal hasta la más angelical teoría del stakeholder, supone que los dueños del capital no deben atender sólo a su propio interés a la hora de decidir cómo emplearlo.

Leo esto en ABC, firmado por Joan Carles Valero, en un ditirámbico artículo sobre el profesor José Jané Solá: "José Luis Sampedro recuerda que, como él, Jané no se cree que el beneficio y la rentabilidad sea el criterio definitivo para decidir las inversiones. Nobleza obliga". ¿Nobleza? ¿Qué tiene que ver la nobleza con el disparate?

La supuestamente noble desconfianza hacia el beneficio deriva de la idea de que se trata de un ingreso no del todo legítimo, marcado por el fraude o el latrocinio, siempre egoísta, y por tanto indigno de ser un "criterio definitivo" para orientar la inversión. De milenaria raíz, la incomprensión del beneficio ha dado múltiples satisfacciones a quienes lo han denostado desde púlpitos y cátedras y tribunas sin fin.

El socialismo de todas las variantes, desde el comunismo más criminal hasta la más angelical teoría del stakeholder, supone que los dueños del capital no deben atender sólo a su propio interés a la hora de decidir cómo emplearlo. Frente a esto caben tres argumentos: uno asignativo, uno exculpatorio y uno de principios.

El argumento asignativo sostiene que si los capitalistas deciden según su provecho, el resultado será más eficiente que si consideran otras variables, o si son terceros los que intervienen en las decisiones de inversión, mediante la política y la legislación.

El argumento exculpatorio alega que de hecho los empresarios muchas veces no invierten considerando exclusivamente la rentabilidad de una inversión concreta sino ponderando un conjunto de otras razones de diverso tipo.

El argumento de principios es que oponerse al beneficio es oponerse a la propiedad privada y a la libertad. A cambio, empero, los recelosos de la rentabilidad son saludados en los medios de comunicación, y su "nobleza" es ampliamente celebrada.

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