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Antonio José Chinchetru

Skin heads, zorras, pederastas

El anuncio transmite una imagen tan negativa de la Red que puede tener como resultado que ciertos padres se opongan al mero hecho de que sus hijos se conecten. Concienciar de los peligros no significa criminalizar.

¿Qué puede ofrecer la Red a los niños del viejo continente? Según los eurócratas, lo que les puede proporcionar son amigos neonazis, sexo protagonizado por prostitutas siliconadas, violencia extrema y la visita de un pedófilo. Al menos esta es la supuesta realidad que muestra el vídeo creado por la Unión Europea para alertar a los padres de los peligros de Internet. No se puede negar que todo eso está presente. El ciberespacio es en buena medida un reflejo del resto del mundo, por lo que en él puede uno toparse con lo mejor y lo peor de la humanidad. Pero no sólo lo malo.

Es fácil imaginar que el objetivo de los eurócratas es concienciar a los adultos, pero eso no justifica un vídeo con un contenido tan negativo, en el que no se muestra un sólo aspecto positivo de la Red. Claro que desde la Unión Europea han demostrado en demasiadas ocasiones que no les agrada del todo Internet, al menos tal como es en la actualidad. Deben considerar que en ella existe demasiada libertad. Y este anuncio es un producto de esa filosofía. Al margen de que se pueda considerar que los poderes públicos no deberían tener como función concienciar a los padres sobre los peligros que corren sus hijos (los ciudadanos son lo suficientemente maduros como para saber qué conviene a sus niños), hacerlo de una manera tan soez resulta injusto y de mal gusto.

Cierto es que el anuncio se enmarca dentro de una iniciativa para proteger a los menores en la Red en la que participan quince operadoras de telefonía móvil, producto de la cual estas se van a dotar de un código de autorregulación y se comprometen a actuar de acuerdo al mismo. Nada contra estas empresas. Al contrario, renuncian a potenciales ingresos (los proporcionados por niños que acceden a contenidos no adecuados para ellos a través de sus teléfonos) para que su actividad comercial no resulte dañina a aquellos que se considera no son lo suficientemente maduros. Además, si invierten mal su dinero es problema de ellas y de nadie más. Pero lo de los Veintisiete es otra cosa muy diferente. Los eurócratas vuelven a gastar de manera inapropiada lo recaudado a los ciudadanos a través de los impuestos.

El anuncio transmite una imagen tan negativa de la Red que puede tener como resultado que ciertos padres se opongan al mero hecho de que sus hijos se conecten. Concienciar de los peligros no significa criminalizar. Son dos cosas muy diferentes, y los eurócratas han hecho lo segundo. Internet es mucho más que skin heads, zorras y pederastas. También es, sobre todo, información, entretenimiento no peligroso, comunicación y libertad. Mucha libertad.

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