Menú
Maite Nolla

Una semana inolvidable

Si recurrir al Tribunal Constitucional es ganar en los tribunales lo que no se puede ganar en las urnas, que la Generalitat no recurra el Decreto sobre la tercera hora de castellano, ¿no?

Hacía mucho tiempo que la política catalana no nos regalaba una semana como la pasada. Acostumbrados como estábamos al sopor del nuevo tripartito, hemos tenido unas jornadas de un "no parar" alucinante. La chispa que ha provocado el incendio ha sido la admisión de la recusación del magistrado low-cost. De repente, los políticos nacionalistas catalanes, con Montilla a la cabeza, han aparcado el "hablando se entiende la gente" y han tirado por la calle de en medio. De unos a otros se han ido prestando pintura de guerra para ver quién de ellos quiere más a Cataluña.

Carod amenaza con la vía soberanista, sea lo que sea que eso signifique. Jordi Portabella, conocido internacionalmente por la magnífica gestión que llevó a cabo durante los últimos días, fallecimiento y posteriores exequias del inolvidable Copito de Nieve, anuncia que se trata de un golpe de estado encubierto. Montilla o Saura, seguramente los dos, advierten que lo que se ha conseguido por un proceso democrático no se puede anular en el TC. Mas dice que el TC es libre de dictar la sentencia que quiera y el pueblo de Cataluña de tomar su camino y que las relaciones con España ya no serán iguales. Así una lista interminable, con la guinda del defensa del Barça, el zarpazo de la garra de Kelme y otra vez la catalanofobia y vuelta a empezar.

De todas las declaraciones, sin duda, una de las que me han parecido más simpáticas fue la de Artur Mas repitiendo el asunto de la politización de la justicia y que es muy triste que una sentencia del constitucional dependa de un miembro más o menos. Lo dice el dirigente del partido que propuso a Pascual Estevill para ser vocal del Consejo General del Poder Judicial. ¡Qué cosas!

La conclusión que podemos sacar es que vivimos en la ley del embudo permanente. Mucha gente ha opinado con más criterio que yo sobre este asunto, pero que yo sepa, recusar es un derecho, recurrir al Tribunal Constitucional también y que un parlamento haya aprobado una ley incluso por unanimidad no garantiza su constitucionalidad, ¿acaso la ley del suelo no fue aprobada por las Cortes y el TC la tumbó a instancia de Pujol? Si recurrir al Tribunal Constitucional es ganar en los tribunales lo que no se puede ganar en las urnas, que la Generalitat no recurra el decreto sobre la tercera hora de castellano, ¿no?

Al final y aunque parezca mentira, todo se resume en dos conclusiones. La primera es que todo este follón nada tiene que ver con la independencia judicial ni los criterios jurídicos o científicos. Al nacionalismo catalán únicamente le interesa recuperar una mayoría que diga que el Estatut es constitucional. Luego que vistan el muñeco, que para eso son jueces.

La segunda es que tanto si el Tribunal Constitucional declara que el Estatut es en todo o en parte inconstitucional, que es lo que queremos lo que votamos "no", o si, por el contrario, declara que el Estatut es de un constitucional impoluto, a la mitad de los que pueden votar en Cataluña les trae sin cuidado.

En España

    0
    comentarios