Menú
EDITORIAL

El doble juego de Otegi y el Gobierno

Dijimos entonces que al más mínimo gesto por parte del mundo batasuno retomaría la negociación (que, en verdad, nunca se abandonó), y Arnaldo Otegi, el "hombre de paz" de Zapatero, le ha brindado ese gesto.

Es la hora de retroceder menos de dos meses en el calendario. Una bomba había producido un estallido de enormes proporciones en la terminal 4 del aeropuerto de Barajas, aumentando en dos vidas la sangrienta lista de éxitos de la banda terrorista ETA. El grupo criminal había planteado lo que llamó "alto el fuego permanente" sobre la base de mantener intactos sus objetivos y no renunciar al chantaje del crimen para conseguirlos. Pero, con la oferta de no volver a matar durante un tiempo, pretendía abrir una negociación con el Gobierno, en el bien entendido de que sólo aceptaría como resultado sus objetivos políticos de siempre. En teoría la negociación había estallado por los aires, pero Rodríguez Zapatero eligió bien las palabras para no cerrar definitivamente la negociación con ETA. Dijimos entonces que al más mínimo gesto por parte del mundo batasuno retomaría la negociación (que, en verdad, nunca se abandonó), y Arnaldo Otegi, el "hombre de paz" de Zapatero, le ha brindado ese gesto.

El diario La Vanguardia se ha prestado como altavoz de las engañosas palabras de Otegi. Habla de "seducción", sí, pero ETA no conoce otra seducción que la del chantaje terrorista. Lo dejó claro en Barajas, pero lo recuerda a cada ocasión. No obstante, las declaraciones del portavoz batasuno le servirán al Gobierno y a los medios afines para vestir de nuevo a ETA de lo que no es: un interlocutor válido, una organización dispuesta a renunciar a su poder, que viene de las armas y de la actividad criminal, a cambio de no se sabe qué. Rodríguez Zapatero se ha apresurado a advertir "elementos distintos" en las palabras del batasuno. Pero el propio Otegi ha fijado como requisitos irrenunciables de la banda terrorista los de siempre: Navarra y la autodeterminación. La "seducción" para los titulares; Navarra y la burla a la Constitución, para la mesa de negociación.

Pero nada hay diferente en ETA de lo que había el 29 de diciembre, o el 31. Nada diferente a antes del anuncio del "alto el fuego permanente" o a después. Ni sus objetivos ni sus métodos han cambiado. Y quien manda en la organización es quien lo ha hecho siempre: quienes controlan el aparato criminal, que no están dispuestos a echarse atrás. Otegi no es, porque no puede ser, un Gerry Adams.

En perfecta sintonía con la pantomima de Otegi y Zapatero, que les permitirá retomar el proceso de negociación, es decir, de demolición del sistema nacido en la Constitución del 78, Gobierno y PSOE continúan con su política de cordón sanitario hacia el único partido de oposición, el PP. Rubalcaba, ex portavoz del Gobierno de los GAL, otra organización terrorista aunque chapucera, considera que la oposición del PP "es una desgracia para España". Lo es para esa España desnaturalizada y desfigurada que quiere crear el Gobierno. Pero no para la España auténtica que sale a defenderse en cuanto tiene ocasión, y que ha vuelto a hacerlo este sábado en apoyo de las víctimas del terrorismo.

En España

    0
    comentarios