Un paseo por los foros académicos nos demostrará, una vez más, que el dinero de nuestros impuestos se dirige a actividades superfluas, cuando no dañinas. Por ejemplo, recibo una invitación a la conferencia intergubernamental "Cooperación con países de renta media" (sic), cuyo título es ya para ponerle a uno de mal humor. ¿Serán tales países los que no quieren pasar de esa coquetona renta media? Pero si descendemos al rango de las "sesudas" motivaciones, encontramos el siguiente arquetipo de explicatio non petita: "El propósito de la Conferencia Intergubernamental sobre "Cooperación con países de renta media" pretende cubrir ese déficit (¿?), tratando de impulsar la reflexión acerca de los fundamentos, enfoques e instrumentos de la cooperación con este amplio grupo de países" (sic)... Obsérvese, de paso, la espesa tautología apenas encubierta tras la prosa mostrenca. "Convocada por el gobierno de España... la Conferencia se propone reunir a representantes de los países definidos como de renta media, de los Organismos Internacionales (financieros y no financieros) y de los propios donantes."
Ahora viene una perla de esas que le despiertan a uno con una sacudida de incredulidad: "El próximo 20 de marzo, en el marco del VIII Magíster en Género y Desarrollo, el ICEI celebrará el Seminario Internacional 'Algunas reflexiones sobre el feminicidio (sic) en Centroamérica', a cargo de Morena Herrera, fundadora e integrante de la ONG Las Dignas de El Salvador (Asociación de Mujeres por la Dignidad y la Vida, nacida en 1990)" ... ¿Será que en El Salvador exterminan a las mujeres en razón de su género, y no nos hemos enterado? ¿Será por ello que las calles de Madrid están cada vez más pobladas de mujeres salvadoreñas? Y los salvadoreños que las acompañan, ¿vienen a exterminarlas?
Y no podía faltar –cómo no iba a estar– el recojo-tema: "Alianza de Civilizaciones. Seguridad internacional y democracia cosmopolita (sic)". (No existe ni ha existido jamás una democracia cosmopolita. ¿No hay en la expresión un cierto aroma masónico?)
Estos ejemplillos no son más que una gota en un océano de dinero disponible para los cazadores de rentas, que no son precisamente unos angelitos, y a los que España debe hacerles muy felices. Luego todo ello aparecerá en la contabilidad nacional como I+D o algo similar, pese a lo cual España sale muy mal parada en los ranking de I+D más respetados. Y lo que es peor: ¿qué me dicen del tufillo de sumisión de la Universitas al Gobierno de turno? ¿No sería mejor prescindir de ese sagrado nombre? Todo esto no es anecdótico: es un síntoma entre mil de una sistemática degradación de la preparación moral y científica de nuestros jóvenes. Es un fatídico elemento más de la decadencia que nos rodea, y que nos empapa tanto que ya ni la sentimos.
