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Larry Elder

¿Cuál es la diferencia?

Con frecuencia digo que el Partido Republicano tiene el discurso adecuado –sobre gobierno limitado– pero no lo lleva a la práctica. Pero los demócratas son peores.

Estimado Larry:

Soy el voto que todo el mundo quiere, porque estoy indeciso. Nunca me declararía demócrata, republicano, conservador o progresista. Soy un americano que busca liderazgo. Quiero que alguien honesto sea mi presidente, alguien que se preocupe más del bienestar de mi familia que de la suya propia.

Bush, Cheney y Rumsfeld me hacen vomitar. No, no mintieron acerca de la guerra de Irak pero, ¿retorcieron palabras, exageraron teorías y tomaron decisiones desafortunadas? Sí, creo que eso lo hicieron.

De ser abrumado a impuestos a sentirme muy por debajo de lo que llamaríamos "protegido", creo que nuestro Gobierno nos ha fallado y continúa fallándonos.

Tenemos que proteger nuestras fronteras, eliminar nuestra dependencia del petróleo exterior y dejar de intentar ser el policía de todo el maldito mundo.

Trabajo todos los días y no puedo estar al día de lo que sucede en nuestro mundo. Ayúdeme a tomar una decisión.

Que Dios le bendiga,

Chris

Estimado Chris:

Comprendo tu confusión y desilusión. Pero no puedo dar por buena tu afirmación de que aunque Bush "no mintió", "exageró". Si él exageró, entonces todo el mundo lo hizo. Bush conservó al mismo director de la CIA que trabajó con Clinton. Decir entonces que Saddam poseía arsenales de armas de destrucción masiva reflejaba una opinión mundial virtualmente unánime en la comunidad de la Inteligencia. Ir a la guerra no es divertido, y Bush lo hizo por la seguridad nacional de este país.

Que nunca se encontrasen esos arsenales no se lleva por delante los demás motivos para la guerra: que Saddam había violado numerosas resoluciones, que estaba derribando aviones norteamericanos y británicos en las "zonas de exclusión aérea", que había invadido a sus vecinos y por tanto permanecía la amenaza de que volviera a hacerlo y utilizara sus recursos para chantajear a sus vecinos o financiar terroristas o que podía entregar armas de destrucción masiva a terceras partes. Antes del 11 de Septiembre, "el cambio de régimen" se convirtió en la política oficial de Estados Unidos. El Congreso votó a favor de ella, y el presidente Clinton estuvo de acuerdo.

El 11 de Septiembre lo cambió todo, y pasamos de pasividad a la ofensiva. Saddam podría haber evitado la guerra declarando en su totalidad lo sucedido con sus armas de destrucción masiva, como exigía la resolución 1441 de la ONU. No lo hizo.

Corea del Norte confirma la estrategia Bush. Una vez que un país pasa a ser nuclear, permanece nuclear (Sudáfrica es la excepción) y debe ser tratado de forma distinta. Esto explica el motivo por el que Irán tiene tanto interés en adquirir una bomba nuclear, algo que los demócratas parecen perfectamente dispuestos a aceptar. No les importa que Irán diga que Israel debería ser borrado de la faz de la tierra y que "si Alá lo quiere, pronto experimentaremos un mundo sin Estados Unidos".

El informe del inspector de armamento David Kay demuestra que Saddam conservaba la capacidad y la intención de fabricar armas de destrucción masiva, y que armas de destrucción masiva o componentes podrían haber sido transferidos fuera del país antes y después del comienzo del conflicto con Estados Unidos.

Los demócratas creen en la fuerza por medio de la paz en lugar de la paz por medio de la fuerza: negociaron acuerdos de desarme con Corea del Norte bajo Clinton, intentaron apaciguar a Irán cuando ese país secuestró rehenes norteamericanos en el 79 bajo Carter, propulsaron los fracasados Acuerdos de Oslo y afirman continuamente que "el camino a la paz" en Oriente Medio descansa sobre "solucionar" el conflicto entre palestinos e israelíes en lugar de reconocer al verdadero enemigo: el islam militante.

Esta visión de la política exterior mundial no solamente es inocente y mal concebida. Es peligrosa.

Con frecuencia digo que el Partido Republicano tiene el discurso adecuado –sobre gobierno limitado– pero no lo lleva a la práctica: prestaciones de recetas para la tercera edad, No Child Left Behind, leyes energéticas y de autopistas derrochadoras, etcétera. Pero los demócratas son peores. Su apoyo incondicional al estado del bienestar garantiza que pronto más de la mitad del presupuesto federal se dedicará a los programas sociales, con un creciente número de empleados jóvenes afrontando mayores impuestos para financiar "las prestaciones" recibidas por los norteamericanos más mayores.

Este estatismo explica el paro de dos dígitos en Europa, resultado de impuestos más elevados, estridentes regulaciones empresariales y las denominadas políticas de "comercio justo", una reformulación chic del viejo proteccionismo frente a la competición exterior con el fin de "salvar empleos". Todo esto provoca menor productividad, menores estándares de vida y aumento de la pobreza.

Los demócratas buscan "solucionar" la injusticia inherente a la vida cogiendo más dinero a un grupo y entregándoselo a otro.

El enfoque de George W. Bush sobre la inmigración ilegal tiene sentido político y práctico: exhaustiva reforma de la inmigración. Asegurar las fronteras y procesar a los patronos que contratan ilegales con conocimiento de causa. El programa de trabajadores temporales reconoce el hecho real de que hay empleos que los norteamericanos rechazan llevar a cabo por el salario ofrecido, especialmente teniendo en cuenta nuestro estado del bienestar que permite que empleados capaces mental y físicamente eviten trabajar. ¿Cuál es el plan de los demócratas?

Todos los presidentes decepcionan. La vida es imperfecta. Pero lo ideal no es realista. La pregunta es: ¿qué partido es más probable que nos mantenga seguros y creciendo? Los demócratas de ayer eran gente como Harry Truman o John Kennedy. Pero hoy los rostros visibles son Nancy Pelosi y Ted Kennedy.

Para mí, la elección está clara.

Larry

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