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Emilio J. González

La clave está en Acciona

Si en su ánimo pesa más el malestar por la forma en que ha sido tratada por el Gobierno y considera que el PP puede ganar las próximas elecciones generales, muy probablemente Acciona estará en contra de cualquier salida que favorezca a Gas Natural.

Suele decirse que, a río revuelto, ganancia de pescadores. Pues bien, las aguas de Endesa están cada día más revueltas y algún pescador va a salir ganando con ello. Lo que no está claro es que la caña que capture los peces sea, precisamente, la que quiere el Gobierno.

El Ejecutivo está empeñado en meter a Gas Natural en Endesa como sea o, al menos, en que, de una u otra forma, consiga activos eléctricos. Para ello, el director de la Oficina Económica del Gobierno, David Taguas, se entrevistó el pasado día 9 con el consejero delegado de la eléctrica italiana Enel, según el diario Negocio. El compromiso sería que el Ejecutivo retiraría todos los obstáculos legales que pudieran impedir que los italianos se hicieran cargo de Endesa a cambio de que, de alguna manera, a Gas Natural le toque algo. Lo primero es fácil de hacer; lo segundo, en cambio, se presenta más complicado. El Gobierno, no obstante, ha negado que Taguas mantuviese dicha reunión con Conti.

Gas Natural, en principio, tiene dos vías para conseguir entrar en el negocio eléctrico de Endesa. La primera sería fusionarse con ella; la segunda, el despiece de la eléctrica para que la gasista pueda adquirir activos. Sin embargo, ambas opciones tienen, al menos, un punto en común: se elija la vía que se elija, la decisión tiene que ser aprobada por los accionistas de la compañía. Y aquí es donde surge el problema.

Tal y como están las cosas en estos momentos, Endesa tendrá en breve tres grandes accionistas –E.On, Acciona y Enel–, siempre y cuando Caja Madrid acuda a la OPA presentada por la eléctrica alemana, pues en caso contrario serían cuatro los actores que tendrían que tomar la decisión. Ninguno de ellos va a tener el 51% del capital de Endesa, salvo que Enel ya se haya hecho con él a través de adquisiciones mediante intermediarios que no ha declarado a la CNMV y que irían contra la ley. En consecuencia, el escenario más probable es el de alianzas entre los principales accionistas, que van a mirar más por sus intereses que por los deseos del Gobierno.

Una fusión entre Endesa y Gas Natural supondría que la participación de Enel, Acciona y E.On en el capital de la eléctrica se diluiría y dejaría a la gasista como primer accionista de la compañía. En consecuencia, parece difícil que pueda producirse un acuerdo en ese sentido porque todos tendrían que perder, salvo que Enel pactara con Gas Natural el gobierno conjunto de Endesa. Pero, en ese caso, quien se opondría, con toda seguridad, sería Acciona.

La constructora es en estos momentos uno de los grandes perdedores del cambio de rumbo que ha dado el Gobierno a su estrategia. La empresa dirigida por José Manuel Entrecanales entró en Endesa para mandar y ahora se encuentra con que el Ejecutivo cuenta más con los italianos que con ellos. Por tanto, hay que tener en cuenta que Acciona podría votar en contra de semejante medida. Es más, la constructora podría optar por vender sus acciones a E.On o por aliarse con ella si entre los dos, o con la ayuda de Caja Madrid, suman el 50,01% del capital de Endesa, lo que daría al traste con las pretensiones del Ejecutivo. Esta posibilidad no hay que descartarla, ni mucho menos. También podría ocurrir que Enel pactara con E.On y dejaran fuera de juego a los demás, incluyendo a la gasista catalana. Por tanto, no parece muy probable que la fusión vaya a ser el vehículo para satisfacer los deseos del Gobierno.

En ese caso, habría que considerar necesariamente el despiece de Endesa para que Gas Natural pudiera tener activos eléctricos. En principio, esta opción podría ser interesante para Enel, Acciona y E.On puesto que, en estas circunstancias, todos conseguirían algo. Pero nuevamente surge la cuestión acerca de la posición que vaya a tomar la constructora después de que el Gobierno la dejara tirada llamando a Enel. Nuevamente, el análisis de posibles alianzas juega en contra del Ejecutivo y su protegido Gas Natural. Si Acciona y E.On se unen, incluso con la colaboración de Caja Madrid, podría resultar que Endesa se mantuviera íntegra y Enel y la gasista se quedaran fuera de juego, un escenario que en ningún momento se puede descartar.

Los deseos del Ejecutivo, en última instancia, pasan porque Acciona y Enel sumen sus votos en Endesa. La llave, por tanto, estará con toda probabilidad en manos de la constructora y lo que decida hacer con sus títulos de la eléctrica. Si en su ánimo pesa más el malestar por la forma en que ha sido tratada por el Gobierno y considera que el PP puede ganar las próximas elecciones generales, muy probablemente Acciona estará en contra de cualquier salida que favorezca a Gas Natural.

En cualquier caso, está claro que, ahora, la posición de ventaja la tiene Acciona, que puede ser la caña que obtenga la mejor pesca con lo revueltas que están las aguas en Endesa, mientras el Gobierno, la Generalitat y Gas Natural se pueden quedar sin lo que tanto ansían.

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