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Jeff Jacoby

Un aliado en la lucha contra el islamismo

Para poner fin de manera permanente a "la guerra contra el terrorismo" tenemos que derrotar a la ideología que motiva a los terroristas. No tenemos aliados más valiosos en esa causa que los reformistas musulmanes como Zuhdi Jasser

Intimidar a los críticos a través de litigios prefabricados y denuncias de "discriminación" es la especialidad de la casa en el Consejo de Relaciones Americano-Islámicas. Por tanto, era de esperar que CAIR estuviera envuelta en la demanda presentada contra US Airways por seis imanes que fueron expulsados de un vuelo Minneapolis-Phoenix después de que su comportamiento alarmase al resto del pasaje. CAIR produjo una nota de prensa el 13 de marzo en la que hacía notar que los imanes habían "presentado una demanda contra la aerolínea y la Comisión de Aeropuertos Metropolitanos de Minnesota, alegando que sus derechos civiles fueron violados".

Lo que la circular de prensa no mencionaba, pero descubría Katherine Kersten, del Minneapolis Star-Tribune, en la denuncia es que CAIR y los imanes también ponen en su punto de mira a los aún anónimos "Juan Nadie", los pasajeros "que se pusieron en contacto con US Airways para informar del comportamiento supuestamente 'sospechoso' de los demandantes". Según se informó en su día, ese comportamiento incluía rezar ostentosamente cerca de la puerta de embarque, rehusar ocupar los asientos que tenían asignados después de embarcar y pedir extensiones innecesarias de los cinturones que podían ser utilizadas como armas.

"El intento de los imanes por intimidar a pasajeros normales y corrientes abre un nuevo y alarmante frente en la guerra de la seguridad aérea", escribe Kersten en su columna. "La gente corriente, los Don Nadie como usted y como yo somos 'la primera línea' contra el terrorismo. Pero la demanda de los imanes podría acallarnos mediante el miedo, para intentar evitar la pesadilla de ser etiquetados como racistas y llamados a declarar."

A lo largo de los años, CAIR y otros grupos islamistas le han sacado mucho partidoa estas contundentes prácticas. Pero hay buenas noticias: algunos norteamericanos están repeliendo el ataque. Y hay noticias aún mejores: parte de esa respuesta proviene de musulmanes que rechazan enérgicamente el proyecto islamista.

Uno de los más impresionantes anti-islamistas moderados es el doctor Zuhdi Jasser, médico de Arizona, veterano de la Marina norteamericana y musulmán sunní devoto. En el 2003 fundó el Forum Islámico-Americano por la Democracia con el fin de "plantar cara a los fanáticos religiosos que se aprovechan del Islam para impulsar una guerra nihilista, antiamericana y antioccidental". El día en que CAIR y los imanes pregonaron su demanda, Jasser y el AIFD difundían una declaración en apoyo de US Airways y denunciando el litigio como "malo para los musulmanes americanos, malo para la seguridad de los americanos y malo para las libertades americanas". Hace unos días Jasser fue más allá: se ofreció recaudar dinero para la defensa legal de cualquier pasajero al que pudieran demandar los imanes.

Es difícil exagerar la importancia que tienen los Zuhdi Jasser en la lucha del mundo libre contra el Islam radical. Lo llamamos "guerra contra el terrorismo", pero el terrorismo es sólo un medio con el que lograr el fin de imponer la sharia, la ley islámica, al mundo entero. No todos los islamistas son terroristas jihadistas, pero sí es cierto que todos los islamistas quieren que la sharia esté por encima de todo. Cuando el presidente de CAIR, Omar Ahmad, se dirigió a una audiencia de musulmanes de California en 1998, afirmó que el Islam no ha llegado a Estados Unidos para ser igual a los restantes credos, sino para convertirse en el dominante, y que el Corán debería ser la mayor autoridad del país. Ahmad niega ahora haber dicho esto, pero el periódico que cubrió el evento lo puso negro sobre blanco.

En cambio, los reformistas musulmanes como Jasser rechazan explícitamente la supremacía política del Islam y el Corán. "Como musulmán devoto", me dijo la semana pasada, "puedo dar fe de que un musulmán puede amar la fe del Islam, pero creer profundamente no sólo en la separación entre mezquita y Estado, sino en la supremacía del americanismo sobre el islamismo". Cuando se graduó como oficial de la Marina de los Estados Unidos, Jasser hizo un juramento de defender la Constitución "contra todos de los enemigos, nacionales y extranjeros", y no ve ningún enemigo más hostil a la Constitución hoy que la ideología del Islam radical. CAIR y la Hermandad Musulmana, Al-Qaeda y Al Azhar, los ayatolás chiíes y los jeques wahabíes; cualquiera que sean sus diferencias en táctica y estilo, todos pretenden la imposición universal de la sharia.

"Aquí en Estados Unidos", dice Jasser, "musulmanes, cristianos y judíos pueden practicar sus religión libremente y sin miedo. Precisamente porque la Constitución prohíbe cualquier religión estatal, todas las religiones conviven juntas en armonía. ¡Me gustaría que el mundo musulmán mostrase tal tolerancia! Como norteamericano, adoro esa libertad. Los islamistas la abolirían". En el conflicto global entre democracia secular y teocracia musulmana, Jasser no tiene ningún problema para elegir su bando. "Venero el Corán, pero quiero vivir bajo la Constitución", dice. "Bajo el islamismo, el Corán sería la Constitución".

El 11 de septiembre muchos norteamericanos cayeron en la cuenta de que un enemigo mortal estaba dispuesto a acabar con nosotros y que una lucha eficaz contra el terrorismo era esencial para nuestra seguridad nacional. Pero aún más crítica es la necesidad de deslegitimar el mensaje islamista que es tan bien recibido entre tantos musulmanes. Para poner fin de manera permanente a "la guerra contra el terrorismo" tenemos que derrotar a la ideología que motiva a los terroristas. No tenemos aliados más valiosos en esa causa que los reformistas musulmanes como Zuhdi Jasser, en cuya pasión por el pluralismo y la libertad reside la esperanza de una Ilustración islámica.

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