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EDITORIAL

Elogiados por lo más abyecto

Quizás nada evidencie más el carácter lamentable y tercermundista de la política exterior del Gobierno del 14-M que los encendidos elogios que está cosechando entre los regímenes más abyectos y liberticidas del planeta.

Quizás nada evidencie más el carácter lamentable y tercermundista de la política exterior del Gobierno del 14-M que los encendidos elogios que está cosechando entre los regímenes más abyectos y liberticidas del planeta. Las más recientes y bochornosas alabanzas dirigidas al Gobierno de Zapatero, en una semana que ha estado plagada de ellas, han sido las provenientes de la tiranía marroquí, que ha calificado de "positivo" y "esperanzador" el bochornoso giro en la política española sobre el Sahara.

Lo cierto es que, por mucho que el régimen de Mohamed VI considere que su plan de "autonomía" para el Sahara "contribuye a hacer avanzar el proceso de resolución del contencioso", el respaldo de Zapatero a ese inmutable aunque maquillado proyecto anexionista de Rabat supone una traición al pueblo saharaui y una histórica y bochornosa ruptura del tradicional consenso español, partidario hasta ahora de celebrar, acorde con las propias directrices de Naciones Unidas, un referéndum de autodeterminación en esta ex colonia española, invadida y sometida a sangre y fuego por el dictatorial régimen marroquí.

No menos vergonzoso, aunque tuviera antecedentes en tiempos de González, ha sido el compadreo con la tiranía castrista que ha protagonizado Moratinos en su reciente visita a la isla, donde ha reanudado la cooperación "sin condiciones" con la dictadura que desde hace medio siglo cercena la libertad y prosperidad del pueblo cubano. No hay que extrañarse de que el ministro castrista de Exteriores diera a Moratinos unas palmaditas en la espalda, después de que este se negara a entrevistarse con los disidentes y guardara un clamoroso silencio ante las palabras de su anfitrión que denigraban a los exiliados y los presos políticos como "mercenarios y terroristas".

Tampoco hay que extrañarse de lo "simpática" que ha caído nuestra vicepresidenta entre los gerifaltes de la dictadura comunista china, si tenemos en cuenta que ni el más acomodaticio y peor entendido de los pragmatismos se hubiera mostrado tan condescendiente como la ha hecho De la Vega ante un régimen que, pese a su "liberalización" económica, sigue estrangulando con puño de hierro las indisociables ansias de libertad política de su pueblo.

Claro que a nadie debería sorprender este vergonzoso talante del Gobierno español si tenemos en cuenta que los primeros elogios y esperanzas que cosechó, nada más llegar al poder, fueron los provenientes de las organizaciones terroristas de medio planeta, entre las que estaba, tal y como nos lo ha recordado esta misma semana, la propia ETA.

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