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Juan Carlos Girauta

El documental de Telemadrid

De los muchos catalanes que aparecen en el documental, tres han sido agredidos y amenazados por sus ideas: Albert Boadella, Francisco Caja y Arcadi Espada. ¡Precisamente! Y esta curiosa circunstancia, ¿a nadie da que pensar?

El Gobierno catalán incumple la ley y tres sentencias judiciales cuando impide a los catalanes informar de su lengua habitual en la inscripción escolar. Sin embargo, lo que a muchos escandaliza no es que eso ocurra, sino que se cuente. También hay que ocultar el Informe PISA 2003: el fracaso escolar de los castellanohablantes catalanes alcanza el 42%, frente al 19% de los catalanohablantes.

Quien lo revele, como ha hecho Telemadrid, se convierte en miserable anticatalán y atizador del odio. ¡Mira que explicar lo de las multas a los comercios por razones lingüísticas! Estas cosas han de quedar en casa, donde el discurso lo controla la gente sensata, como ese secretario de Política Lingüística que califica el trabajo de los funcionarios perseguidores del castellano (de oficio o previa dilación anónima) como "detección de anomalías".

"En los patios se obliga a los niños a cambiar de lengua y hablar en catalán", revela Francisco Caja. "Lo primero que hace el nacionalismo es manipular la historia", denuncia Albert Boadella. Pero ahí está Rosa Regás: "En Cataluña han ganado las elecciones los que quieren que se eduque en catalán, y ya está. No veo cuál es el problema." En esta forma de zanjar el asunto reside, justamente, el problema, aunque esa catástrofe de las letras y de la biblioteconomía no sea capaz de verlo.

De los muchos catalanes que aparecen en el documental, tres han sido agredidos y amenazados por sus ideas: Albert Boadella, Francisco Caja y Arcadi Espada. ¡Precisamente! Y esta curiosa circunstancia, ¿a nadie da que pensar? Sus opiniones contrastan con las del actor independentista Joel Joan: "No entiendo por qué hay gente de fuera de Cataluña [no se referirá a Boadella, Caja y Espada, espero] que se preocupa por estas cosas." El actor desaprueba el documental en el que aparece, y espeta gallardo: "A Telemadrid, ¿qué coño le importa?"

"¿No quiere estudiar en catalán? ¡Váyase!" –sentencia el periodista Miquel Calzada. Con soluciones similares, los problemas se acaban deprisa. Pues acabemos. Dirijo sin esperanza dos preguntas a cuantos condenan el documental de Telemadrid. ¿Existe, en general, un derecho del niño a ser escolarizado en su lengua materna? Si contesta no, consulte a la UNESCO y vuelva. Si contesta sí, siga leyendo: ¿Se respeta ese derecho en Cataluña? Si contesta sí, está usted absolutamente desinformado, o miente (como diría Miquel Calzada: ¡Váyase!). Si contesta no, siga leyendo.

Ya conoce el núcleo del problema. No lo pierda de vista. Ni tampoco el único error de Ciudadanos de segunda, que está en su conclusión: "La sociedad [catalana] navega entre dos lenguas enfrentadas". No es cierto. No hay tal enfrentamiento en la sociedad. Pero si llega a haberlo, culpen a los políticos catalanes por sus demenciales y antidemocráticas imposiciones nacionalistas. Y a los estómagos agradecidos que los jalean en los medios. Y a la legión de timoratos que los encubren.

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