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Carlos Semprún Maura

Los Chirac buscan piso

Curiosa carrera política, la de Jacques Chirac. Demostró energía, astucia, dureza y habilidad en la conquista del poder, pero, una vez elegido presidente, no ha hecho nada en doce años.

Lo anuncia hoy la prensa, y hasta precisa en qué barrio buscan piso, el 5º Distrito, no lejos del jardín del Luxemburgo, por lo visto. Algunos, pero pocos, se preguntan si saldrá del Eliseo para entrar en la cárcel, debido a las cuentas pendientes que ha dejado en la alcaldía de París, con oscuras historias de empleos ficticios y de financiación turbia de su partido, el RPR. Yo no lo creo. Juzgar a un ex presidente de la República, ça la fout mal.

Curiosa carrera política, la de Jacques Chirac. Demostró energía, astucia, dureza y habilidad en la conquista del poder, pero, una vez elegido presidente, no ha hecho nada en doce años. También es cierto que durante cinco de esos años tuvo a Lionel Jospin de primer ministro, y la cohabitación ha demostrado sus virtudes paralizadoras.

Donde sí ha hecho cosas ha sido en política internacional, y ninguna buena. En África se ha aliado con quien fuera y ha corrompido a quien ha podido a cambio de "prestigio", petróleo y otras materias primas. Ha enviado continuamente tropas, cuando lo juzgó necesario, "para mantener la paz". Con aún menos eficacia que el general De Gaulle, mantuvo su "gran política árabe", privilegiando a los palestinos contra Israel y a Sadam Hussein contra los Estados Unidos. Porque su estrepitoso no a la guerra de Irak no fue otra cosa.

Sin embargo, la complicada situación del mundo musulmán, el portentoso aumento del terrorismo, el agravamiento de la situación en Irán y su peligro nuclear, etc., han limitado sus iniciativas a simples gestos o a consejos hueros. Eso no quita que el egipcio Mubarak y el palestino Abbas se han precipitado en acudir a París para depositar flores en su tumba. Política, se entiende. Se anuncia que va a haber una calle Jacques Chirac en Gaza, en cambio, no creo que se rebautice la Avenida de los Campos Elíseos como Avenida Jacques Chirac. Pienso que la mayoría de los franceses está harta de su presidente y por eso, pese a tener ganas, no se ha atrevido a presentarse por tercera vez.

Sus opiniones –porque decir filosofía sería exagerado– son bastante extravagantes, a tener de las confesiones que le ha hecho al periodista Pierre Péan. Por ejemplo, odia la "civilización Coca-Cola", cree que "las hordas españolas que arrasaron América Latina" y piensa que "el liberalismo es tan perverso como el comunismo" y como (¡se me iba a olvidar!) la Unión Europea, aunque debe fingir lo contrario. Mucho odio y pocas nueces.

Aunque los resultados varíen en uno o dos puntos según el sondeo, Sarkozy sigue el primero en intención de voto, seguido de Royal, Bayrou, y Le Pen. Pero un 30% de los franceses confiesa que aún no sabe por quién va a votar. El domingo lo sabremos.

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