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Pedro Bringas

Premios en la NBA y la ACB

La gestión de los premios de nuestra liga es un ejemplo del camino que debe seguir la ACB para incrementar el interés por el baloncesto, al margen de lo que acontece en cada partido. Hay que seguir vendiendo el producto.

La NBA ha hecho públicos, durante las últimas semanas, los nombres de los ganadores de los premios para los más destacados protagonistas de la temporada. De entre todos los que se otorgan, el que más relevancia tiene es el que recibe el MVP (el jugador más valioso). Por vez primera, un jugador nacido en Europa ha sido nombrado mejor jugador de la NBA. El alero alemán de los Mavericks, Dirk Nowitzki, con la única oposición de Steve Nash, amplía además la lista de MVP´s conseguidos por los jugadores nacidos fuera de Estados Unidos (cinco en los últimos seis años).


Es una inmejorable manera de conseguir incrementar el interés en todo el globo por el mejor baloncesto del mundo. Incluso se oyen comentarios de que la principal razón para dárselo a Nowitzki es precisamente ésa y, por lo tanto, el premio tiene cierto carácter político. Pero el alemán simplemente se lo ha merecido: su juego, sus estadísticas y su contribución a la extraordinaria temporada regular de su equipo así lo indican. El título de MVP sirve a Nowitzki de lavativa para la temprana eliminación de Dallas en los play-off.

Este año el galardón que tiene más significado para los aficionados españoles es el que ha recibido Bryan Colangelo como mejor directivo de la NBA. El manager de Toronto, que nos recuerda a cierto secretario general del Sevilla F.C., ha construido uno de los mejores equipos de la liga sin tener una plantilla plagada de nombres. Los Raptors han sido la revelación de la temporada, como indican sus resultados y la capacidad de su plantilla para sobreponerse a las bajas de algunos de sus jugadores. Los que hemos estado disconformes con la manera en la que Sam Mitchell ha utilizado su plantilla –o sea, los que hemos creído que Garbajosa a principio de temporada o Calderón durante todo el año merecían más– incluso pensamos que los resultados podrían haber sido mejores. De cualquier manera, seguramente Colangelo nos "sorprenderá" este verano con el fichaje de alguna estrella europea. Atención también al futuro de Calderón.

Por aquí también se otorgan premios. La ACB ha aprovechado el breve paréntesis previo a la disputa de las eliminatorias por el título, para anunciar los resultados de las votaciones a sus galardones. Por cierto, hay que dar la enhorabuena por un sistema de votación en el que participan miembros de los colectivos que dan sentido al deporte de la canasta. La gestión de los premios de nuestra liga es un ejemplo del camino que debe seguir la ACB para incrementar el interés por el baloncesto, al margen de lo que acontece en cada partido. Hay que seguir vendiendo el producto. Cuando la televisión ayude, por su propio interés, ya se habrá cerrado el círculo.

El pívot argentino Luis Scola ha añadido otro título más a su palmarés personal y ha sido designado como el mejor jugador del año. Aunque no fuese una buena noticia para la ACB, nos encantaría tener la posibilidad de ver al pívot argentino fajándose –¿en Toronto, quizá?– con otros jugadores con un nombre en la NBA, pero sin tanta calidad. Junto a Scola, Priggioni, Navarro, Rudy y Felipe Reyes completan el equipo ideal de la liga. ¿Más carne NBA?

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