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Emilio J. González

A fondo en Intermoney

Son demasiadas coincidencias, demasiadas actitudes sospechosas, demasiadas actuaciones que dan mucho que pensar... y ahora empiezan a aparecer conexiones, aunque sean simplemente circunstanciales, con la operación Malaya.

¿Qué es realmente Intermoney? En teoría, se trata de una agencia de valores, pero su participación en el caso Endesa, así como lo que se va sabiendo acerca de las actividades de los personajes que, de una u otra forma, tienen o han tenido algo que ver con la misma sugiere que detrás podría haber mucho más de lo que parece. Y, dada la naturaleza de las cosas, ello exigiría una investigación en profundidad.

Según el diario Negocio, algunos de los testaferros de Juan Antonio Roca, presunto cerebro de la operación Malaya, el escándalo urbanístico y de blanqueo de capitales de Marbella, utilizaron los servicios de Intermoney para facilitar el tránsito a un conjunto de sociedades de lavado de dinero del ex asesor de urbanismo marbellí. Además, el candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, el mismísimo Miguel Sebastián que intentó implicar a Alberto Ruiz Gallardón en el escándalo de la operación Malaya, resulta que conoció y coincidió con un socio de Monserrat Corulla en Intermoney cuando su presidente era Carlos Arenillas, el actual y polémico vicepresidente de la CNMV, también según Negocio. ¿Hasta dónde llegan, entonces, las actividades de esta casa de valores?

La pregunta no resulta, ni mucho menos baladí. Estas actividades resultan más bien sospechosas, pero es que cuando se repasa el historial reciente de Intermoney y de algunos de sus miembros las cosas empiezan a ser como para poner los pelos de punta a cualquiera. Intermoney, por ejemplo, fue la agencia de valores que estuvo vendiendo acciones de Endesa durante la OPA de Gas Natural, cuyo efecto fue forzar la caída de la cotización de la eléctrica, lo que facilitaba los planes de la compañía gasista catalana. Además, el actual presidente de Intermoney, José Pérez, fue el redactor de uno de los informes contra el presidente del BBVA, Francisco González, que se pretendió utilizar para descabalgarle de la presidencia del banco. El fundador de la agencia de valores, Carlos Arenillas, el actual vicepresidente de la CNMV, estuvo gestionando la sociedad de inversiones Tagomago durante los primeros meses de ejercicio del cargo, además de acudir a la opípara cena con la que le agasajó uno de los supervisados, Vega Fund, en el restaurante Zalacaín. Otro ex Intermoney, Miguel Sebastián, estuvo al frente de la Oficina Económica del Gobierno y desde ella se promovieron los informes contra Francisco González...

La lista podría continuar, pero con lo anterior basta. Solo hay que añadir una cosa. A lo largo de la legislatura, el clan de Intermoney ha tratado por todos los medios a su alcance de colocar a sus miembros o a personas próximas a ellos al frente de los organismos supervisores. El propio Miguel Sebastián quiso ser el gobernador del Banco de España, por dos veces trató de promover a Arenillas a la presidencia de la CNMV aunque éste se quedó como vicepresidente; el secretario de Estado de Economía, David Vegara, de quien depende la Dirección General del Tesoro y la supervisión del sistema financiero en el Ministerio de Economía, también estuvo en Intermoney; la directora general del Tesoro, Soledad Núñez, se encuentra próxima al clan... ¿Por qué tanto interés en controlar los supervisores?

Evidentemente, son muchos cabos sueltos que, al menos en un ejercicio intelectual, tienen fácil unión. Son demasiadas coincidencias, demasiadas actitudes sospechosas, demasiadas actuaciones que dan mucho que pensar... y ahora empiezan a aparecer conexiones, aunque sean simplemente circunstanciales, con la operación Malaya. Lo dicho, Intermoney merece una investigación a fondo.

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