La mayoría de padres y de profesores apoyaron las reformas educativas de la derecha durante los años de Aznar y durante la pasada legislatura de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, invocando a su sentido común para defender la disciplina, el esfuerzo, la evaluación y la libertad de enseñanza. Sin embargo, existe una "comunidad educativa" virtual, formada por asociaciones, federaciones y confederaciones que dicen representar a padres, profesores y alumnos, y que se han opuesto a todas y cada una de las reformas educativas del PP, distorsionando la comunicación entre la Administración y la comunidad educativa real.
Algo falla en la "representatividad de la comunidad educativa" cuando las urnas y los hechos contradicen a todo ese tejido asociativo, al que algún político antiliberal decidió dar la representación de las familias, los profesores y los colegios en los Consejos Escolares, modélicos ejemplos de neocorporativismo. Lo grave es que la mayoría de los padres vota al PP, pero sus impuestos, fruto de sus horas de trabajo, van a una asociación de padres cuya presidenta hoy es diputada del PSOE.
Los 67 escaños de Esperanza Aguirre demuestran que la única comunidad educativa que existe es la de los profesores que no han desertado de la tiza y la de los padres que no encuentran motivo alguno para boicotear un examen de lengua y matemáticas al final de la Primaria, y que están demasiado ocupados como para haber oído hablar de todas esas federaciones de padres tan representativas. Y, también, la de esa mayoría de alumnos que ni han creado asociación alguna ni dejan de ir a clase porque algún "sindicato de estudiantes" haya decidido que es más divertido salir a la calle a insultar al PP.
La lección del 27-M en Madrid es clara: los padres votan al PP y las federaciones de padres al PSOE. Haría bien Aguirre en dejar de subvencionar a todas estas federaciones y limitarse a hablar con padres y profesores como ha hecho hasta ahora. Porque, si no, está obligando a la mayoría de padres que la votaron a trabajar para quienes hacen oposición a sus ideas y al Gobierno al que han votado: el de Esperanza Aguirre.