Menú
EDITORIAL

Ibarretxe brinda a ZP el apoyo de Estella

Es por esa unidad con los nacionalistas, por la que Zapatero traicionó el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo y negoció una tregua con ETA. Y es a esa unidad con el nacionalismo a la que Zapatero no renuncia, con o sin tregua

Mientras la nueva franquicia electoral de ETA, Acción Nacionalista Vasca, cifraba este miércoles en 77 el número de electos –incluido uno del PSE– que ya han sucumbido a sus amenazas y han renunciado al acta de concejal obtenida en las pasadas elecciones municipales en el País Vasco y Navarra, el lehendakari Ibarretxe se entrevistaba con Zapatero para condicionar su apoyo al Gobierno del 14-M a que en materia antiterrorista "no se apliquen viejas recetas del pasado decididas durante la época del PP".

Ibarretxe, que ha sido el único en comparecer tras la entrevista, no sólo ha elogiado el proceso de negociación con ETA emprendido por Zapatero como "un intento honesto de conseguir la paz, que ha merecido la pena", sino que le ha animado a intentarlo "una y mil veces".

Con la claridad y coherencia propia de un dirigente separatista que reclama un precio político por la paz, Ibarretxe no sólo ha arremetido contra la política penitenciaria y la ley de partidos, sino que ha dejado por enésima vez en evidencia que lo que él entiende por "paz" no es sino la consecución de "un acuerdo político para convivir entre Euskadi y España". Nada de que extrañarse, si tenemos en cuenta la célebre cita de Arzalluz de que "unos sacuden el árbol y otros recogemos las nueces", o que fue el PNV el que logró imponer, en aquel lamentable Pacto de Ajuria Enea, aquello del "final dialogado de la violencia".

Aquí lo que ha fracasado "una y mil veces" es precisamente el paradigma de acabar con ETA a través de la oferta de impunidad y la cesión a las tesis nacionalistas que eufemísticamente se denominó –y se vuelve a denominar– como "final dialogado de la violencia". El breve periodo en el que hubo una política verdaderamente antiterrorista, conforme a un Estado de Derecho, fue precisamente el momento en que más asfixiada estuvo la organización terrorista. De esa asfixia mediática, política, legal y policial vinieron a rescatarla los nacionalistas con el pacto de Estella, como luego lo haría el propio partido de Zapatero desde antes incluso de llegar al Gobierno.

Es por esa unidad con los nacionalistas por la que Zapatero traicionó el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo y negoció una tregua con ETA. Y es a esa unidad con el nacionalismo a la que Zapatero no renuncia, con o sin tregua.

En España

    0
    comentarios