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LIBRO DE PALOMA GÓMEZ BORRERO

"Madre Teresa fue exorcizada cuando agonizaba"

La periodista escribe sobre el demonio y cuenta algunos hechos que ha ido conociendo a lo largo de su carrera profesional.

De fantasmas y del demonio. De este tema es del que habla Paloma Gómez Borrero en su último libro, donde relata algunos casos curiosos y otros desconocidos para el resto del mundo y los fieles católicos.

En este sentido, habla en ABC de la influencia del demonio en el mundo y del trance que pasó la Madre Teresa de Calcuta. "Según aparece en los documentos de las Causas de los Santos, estaba muriéndose y empezó a agitarse. El médico dijo que no era normal; entonces alguien hizo un exorcismo, y se apaciguó. No nos quieren decir mucho, pero a mí me lo contó Saverio Gaeta, experto en Madre Teresa que tuvo acceso a los documentos de la causa de beatificación", afirma.

También habla de Turín, catalogada capital mundial de la magia negra junto a Londres y San Francisco. Asegura que en esta ciudad del norte está "la mayor cantidad de exorcistas de Italia y más fenómenos de misas negras". De este modo, añade que en esta ciudad "habló Juan Pablo II del maligno y hasta se sintió mal físicamente. En la Universidad Regina Apostolorum de Roma, se hacen cursos para luchar contra Satán".

Del mismo modo, Gómez Borrero cuenta una experiencia personal. Ocurrió cuando entrevistó a monseñor Balducci, un demonólogo. Dice que este sacerdote le avisó de que no lo tendría fácil para hacer dicho reportaje porque "el maligno nunca quiere que se descubran sus cartas". Dice la periodista que siguió todos los viajes de Juan Pablo II que "puse las fotocopias de su libro y las cintas con el magnetofón en la mesita de lo urgente, y sobre las 11 de la noche entró por la ventana un mirlo negro que empezó a golpearse contra las paredes dejándolo todo manchado de sangre. Llamé a mis hijos, subimos a cogerlo, pero se metió tras la librería que recorre toda la pared y nunca más se supo. Con él desaparecieron el bloc de notas, las fotocopias y las cintas, y el magnetofón lo encontré roto. Llamé a Balducci y me dijo: ‘Ya se lo advertí’".

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