Lo mejor de El Mundo de hoy es la foto de portada. Unas cabras comiéndose los pepinos. Para eso han quedado. Pero anima Rajoy, que ayer estrenó el año contestando preguntas y hasta presentó un documento con medidas para reducir el gasto. "Las propuestas de Rajoy no sólo van en la buena dirección sino que comprometen también a Zapatero, que algo tendrá que hacer al respecto", dice el terco Pedro J., que se niega a aceptar que Zapatero ya no puede hacer nada sobre nada.
Arcadi Espada atiza de lo lindo a Chacón por sus "pucheros" y dice que "lo indignante de las lágrimas es el juego sucio. La ventaja fullera que pretenden cobrar los llorones". Cualquiera suelta una lagrimita delante de Arcadi. Cuenta lo mal que lo pasa Rubalcaba. Un "mediodía confesaba a un grupo de periodistas las dificultades suplementarias que le ocasionaba la disputa con Santamaría y con qué mano izquierda, de resultas, la trataba". ¡Ay!, pobrecillo. Encima de verse en la obligación de arrearle un empujón a Chacón y soportar su llanto, ahora viene Soraya y anuncia que está embarazada. "Propaganda y armas de mujer", concluye Espada.
La Razón, contundente: "Rajoy tiene la solución". Ole. Y además, "Rubalcaba pincha en hueso si cree que va a sacar a Rajoy de ese estado zen que exhibió en la campaña electoral". De eso no creemos que ni Rubalcaba tuviera ninguna duda.
Pero con quien está realmente enfadado el periódico de Planeta es con Alemania. "Campaña contra la marca España en Europa", dice. En el editorial brama contra Berlín, que "sorprendió ayer con una actitud desafiante y casi provocadora" y avaló un "atropello injustificado" para distraer la atención de su "incuestionable responsabilidad". Y es que el objetivo es claro. "Hundir la huerta".
A El País se le aprecia cierta mieditis a Rajoy. "Intenta acorralar al Gobierno desde las autonomías", alerta. Pero "aún tiene que ganarle a Rubalcaba para llegar a La Moncloa", repite dos veces por si alguien no se había enterado. Presentó un documento "muy trabajado (...) con todo el boato" y se ve "tan claro vencedor que no quiso ni hablar de su rival".
Y eso que Rubalcaba se presentó en Andalucía como un corderito manso. "Llamadme Alfredo", dijo al llegar. El País está entusiasmado. "Acudieron más de un millar de militantes, muchos más de los que han asistido a algunos mítines en campaña", dice con toda su mala idea. Eso sí, no oculta que algunos funcionarios le gritaron a la puerta: "Pumba, pumba, pumba, el cortijo se derrumba". ¿A qué es gracioso? Pero como siempre tiene que haber algún agorero en todos sitios, Josep Ramoneda no las tiene todas consigo. "La victoria de Rubalcaba es improbable". Puaf.
ABC tiene atracón de Rubalcaba. "Mucho Rubalcaba", dice. "Intenta controlar todos los resortes y ejerce –según convenga- como vicepresidente del gobierno, ministro de Interior, portavoz ejecutivo o candidato". Y como no se sabe muy bien qué traje lleva a cada sitio, pues viaja en Falcon a Sevilla donde le gritaron: "ERE, ERE, ERE, Andalucía no te quiere". A Rubalcaba no le importó demasiado porque constató que "los militantes del PSOE me quieren". Y eso es lo que importa.
El periódico de Vocento advierte sobre Sol. "Es un vertedero infame, un pudridero de residuos orgánicos, un Congreso de mugre amontonada sobre el kilómetro cero de la libertad degradada. Disuélvanse (...) Solo en España la democracia es capaz de hacer noche en una jaima cubierta de roña bajo la luz de las estrellas". Da un poco de asquito, ¿no?
Bono vuelve a La Gaceta con fuerza. Está dolido el periódico de Intereconomía porque el presidente del Congreso les ha llamado de todo. "Indignos", "viles", "ovejas negras", "desvergonzados", "gente mala" por "informar de su incremento patrimonial". Qué dos.
Público pone el grito en el cielo con la Real Academia de la Historia que define la Guerra Civil como "cruzada" y "guerra de liberación". Genoveva pide socorro. "Por favor, que alguien haga algo, que nos va a sepultar el alud de caspa del Diccionario Biográfico español".
El periódico de Roures es el único que logró "colarse" en el "tengo una pregunta para usted" a puerta cerrada de Rubalcaba. Así que cuenta lo que decían los militantes. "Hay que mandar al pepino a la alemana. Tenemos una cara de triste que nos morimos todos. ¡Coño, vamos a ponernos la pilas!". Pero entonces apareció Rubalcaba en medio del buen rollito y le hizo una faena a Alfredo con una sugerencia. "Las tecnologías las carga el diablo, os pido no tuitear el encuentro". ¡Ah!, pillín, se las sabe todas.