Querido Antonio Burgos: ¿Cómo va a ser el parado español una especie amenazada si en estos momentos hay en nuestra querida piel de toro unos cinco millones de ejemplares, aumentando día a día?
elviraba
Muy bien dicho, al Gala éste hay que recordarle eso cada vez que hable de los abusos de la Iglesia, que son sólo el 0,5% de los abusos a menores que se cometen cada día en el mundo y están cometidos en su mayoría por sacerdoes y obispos homosexuales.
¡Madre mía! La portada de La Gaceta con las fotos de Alfredo P. y su creación magistral, o sea unl simpático can enseñando los dientes, es verdaderamente terrorífica
Antonio Gala:
Qué poca creatividad tienes; contra la Iglesia, contra la Iglesia, contra la Iglesia. Que si los abusos, los abusos, los abusos.
Pero en esta página de Libertad, un comentarista: "italia34", sacó a relucir bastante más que unos abusos por parte tuya con jóvenes y con menores y si tuvieras el más mínimo pudor, no mencionarias los abusos de otros, cuando escondes los tuyos, sinvergüenza. Sinvergüenza. ¡¡Ya te vale, Gala!!, ¡¡ya te vale!!. Que todo está en las hemerotecas...
Pobre Antonio Gala. Está comido por el odio a una edad en la que lo único que tendría que hacer es ponerse en paz con Dios.
El Gala, como siempre, haciendo "gala" de todo el odio y toda lamierda que lleva dentro. No cabe duda de que este pobre diablo tiene un profundo problema religioso-etico-sexual. Qué experiencias habrá tenido en su pasado para no poder salir de ese pozo profundo. Además... blasfemo. Por qué se mete con Dios?... Ay Galita, dentro de poco, quieras o no tendrás que mirar la muerte cara a cara... y después? Ay, después ni te imaginas lo que te espera. Toda tu vida escupiendo hacia arriba, soñando que tus salivazos llegan a los cielos sin darte cuenta que hay una ley de la gravedad y que tus salivazos todos tus excrementos ideológicos te caen en tus mismos morros. Algún día dirás como Juliano El Apóstata: "Venciste, Galileo". Me das pena viejo casposo y rencoroso. Toda tu literatura es un ropaje que no alcanza para cubrir tus vergüenzas morales.