Faltan pocos días para que dé comienzo la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid presidida por el Papa Benedicto XVI, y el ambiente es cada día más tenso. El desalojo de los ‘indignados’ de Sol ha provocado un resurgimiento del movimiento, que se ha visto radicalizado porque sus principales impulsores han relacionado la "expulsión" de la céntrica Plaza con la inminencia de la visita del Pontífice y la JMJ. Pocos minutos después los ‘indignados’ más radicales culparon directamente a la Santa Sede del desmantelamiento del campamento ilegal.
Como ya ocurriera en los albores del movimiento 15 de Mayo, este caldo de cultivo lo están aprovechando los grupos antisistema y antiglobalización para tratar de capitalizar esa sensación y redirigirla contra la Jornada que se celebrará el 13 de agosto. Cuando comenzaron las protestas indignadas hace tres meses, estos grupos aprovecharon la inexistencia de una ideología clara que unificara el movimiento para introducir sus consignas, y hacerlas bandera de las protestas de indignados. Así, muchos de los lemas que se corearon en las diversas manifestaciones y en la acampada de Madrid y otras ciudades eran diseñadas desde estos grupúsculos, que vieron así multiplicada su influencia. Y ahora han vuelto a retomar esta estrategia.
Por un lado, ya se conocen dos de las iniciativas que se llevarán a cabo para tratar de boicotear la visita del Papa: ‘la marcha antipapa’ –convocada por las juventudes de Izquierda Unida y secundada por gran variedad de colectivos- y la iniciativa de ‘Rómpele la cara al Papa’ que están preparando grupos feministas y lacistas. Pero no son estos los actos, con convocantes claros e identificados, los que más preocupan a las Fuerzas de Seguridad. Durante estos días previos ya se producido varios actos encuadrados claramente en lo vandálico, que van desde quemas de fotografías del Pontífice a ataques a Iglesias y también bancos, sus máximos ‘enemigos’. Valga como ejemplo lo ocurrido en Salamanca esta misma semana, donde una gran parte de las entidades bancarias e iglesias de la ciudad amanecieron plagados de pintadas con lemas ofensivos y antisistema. Imágenes que recuerdan a las técnicas empleadas por la ‘Kale Borroka’ en el País Vasco.
Los colectivos volverán a teñir todas las acciones que preparan bajo el halo de la "espontaneidad", completamente falso. De nuevo, disfrazarán estos actos organizados como un producto espontáneo nacido en las redes sociales, que nada tiene que ver con la realidad.
Por ello, las Fuerzas de Seguridad temen cada día más que en los días en que miles de jóvenes llenarán Madrid para recibir al Papa puedan producirse enfrentamientos con los ‘indignados’. Si estos colectivos antisistema continúan redirigiendo al movimiento hacia la protesta anticatólica, la Jornada Mundial de la Juventud puede verse seriamente empañada por más que posibles conflictos.