La Fundació Escola Cristiana de Catalunya es un lobby educativo que engloba en esta comunidad autónoma a más de 250.000 alumnos y está vinculada a la Iglesia de Cataluña. De hecho, el patrón de esta fundación es el propio arzobispo de Barcelona, el cardenal Lluís Martínez Sistach y está presidida por el jesuita Enric Puig.
Ante el acoso que sufre el castellano y el auto del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que da un ultimátum a la Generalidad para equiparar ambas lenguas en la escuela, este grupo denominado cristiano ha salido en defensa no de la legalidad sino de la Generalidad a través de un contundente comunicado.
Libertad Digital informó el pasado mes de diciembre sobre los favores que el cardenal Sistacha ha realizado a Convergencia i Unió durante los años en los que gobernó el tripartito colocando a algunos altos cargos de los gobiernos de Pujol en organismos de la iglesia barcelonesa. Ya entonces se hablaba de un intercambio de favores entre el prelado y Mas, tras la victoria de éste último en las elecciones. ¿Sigue produciéndose este intercambio de favores?
El presidente de la fundación presidida por Sistach, Enric Puig, ha sido pese a su condición de religioso una persona muy cercana a CIU. Muy cercano a Sistach fue un alto cargo de la Generalidad durante la década de los 80, cuando dirigió la Dirección General de la Juventud. Es tal la confianza que tiene el arzobispo en el representante de la Fundació Escola Cristiana que le nombró incluso coordinador de la visita del Papa Benedicto a Barcelona el pasado mes de noviembre.
Atendiendo a estos datos y al perfil de los representantes eclesiásticos no es de extrañar el comunicado que esta Fundación ha publicado haciendo una defensa acérrima de la Generalidad, más propio de un grupo político que de una institución vinculada a la Iglesia.
De este modo, el texto afirma que "el modelo de inmersión lingüística ha permitido evitar la segregación escolar y ha sido un factor decisivo de cohesión social y que ha acreditado que este modelo no genera ningún prejuicio al alumnado, sino que permite alcanzar niveles satisfactorios en el conocimiento tanto del catalán como del castellano".
Pero su alegato no se queda en este argumento discutible, a tenor de la decena de muchos padres en Cataluña, sino que da un paso más y da un apoyo explícito a las autoridades que llaman al desacato: "entendemos que el país no puede prescindir de este modelo educativo y damos total apoyo a las autoridades educativas de Cataluña en las medidas que se encaminen hacia este fin".
La fundación cuyo patrón es el propio Sistach incluso hace un llamamiento a la desobediencia en el comunicado y pide directamente a los padres que "no se dejen llevar por aquellos que provocan división social y buscan la crispación en el mundo educativo por motivos meramente partidistas".