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Ocho siglos después

Descubren un demonio en un fresco de Giotto

El demonio, delatado por sus cuernos, está difuminado entre las nubes de uno de los frescos de Giotto de Bondone en la basílica superior de Asís.

El demonio, delatado por sus cuernos, está difuminado entre las nubes de uno de los frescos de Giotto de Bondone en la basílica superior de Asís.

Según el fraile franciscano Enzo Fortunato, la cara del demonio "es un punto de partida que nos permite concretar el mal". El franciscano ha afirmado en declaraciones a Efe que su importancia radica en que estaba allí desde hace 800 años, "siempre presente desde entonces, sin que nadie se hubiese dado cuenta".

La cara del demonio fue descubierta este domingo en un ángulo en la vigésima escena de la vida de San Francisco, un fresco pintado por Giotto de Bondone (1267-1337) en 1290 para la basílica superior de Asís, en Perugia (centro de Italia).

La medievalista y experta en la orden franciscana Chiara Frugoni se percató de su existencia mientras estudiaba todos los frescos de la basílica, proceso que le permitió sacar a la luz algunas inscripciones en los mismos hace algo más de un año.

"Hasta ahora, se pensaba que el primer pintor que alteraba las nubes era Andrea Mantegna, que en su "San Sebastián" de 1640 (conservado en Viena) había mostrado en el fondo del cielo a un caballero que surge de una nube. Ahora, esta primacía de Mantegna ya no es tal", ha escrito la historiadora en un artículo citado por www.sanfrancesco.org, la página web del convento. La experta ha comentado que "el significado del descubrimiento está aún por profundizar".

Sin embargo, el padre Fortunato ha adelantado a Efe una posible hipótesis: "En el Medievo se tenía la creencia de que en el cielo habitaban indistintamente ángeles y demonios. Los primeros, llevaban las almas de los justos al Paraíso; los segundos, atraían las de los condenados".

El fresco en el que se ha descubierto el demonio data de 1290 y es una de las estampas de la vida de San Francisco de Asís, patrón de Italia, que la orden franciscana encargó al pintor florentino Giotto de Bondone para ilustrar la basílica superior de la Orden, sepulcro de su fundador

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