El Mundo abre con el caso Urdangarin para informarle de que la Casa Real ha dicho que allá se las apañe. "Si es imputado deberá defenderse como un ciudadano particular más. Es lógico que se ocupe de su vida privada". Jiménez Losantos acaba de amargar el desayuno a la familia Real. Que se vayan preparando porque "el estado de gracia informativo de la Casa Real ha caducado y el imperio prisaico se ha puesto a la cabeza del difuso rencor social contra la Corona, tantos años acogida al protectorado de Polanco. Se acabó la protección". Y encima, "PRISOE" se ha "echado al monte de los indignados o de la ETA". Del PP que no esperan nothing de nothing porque "sus bases siguen escocidas por el trato de favor al zapaterismo". Y los medios están a dos velas "necesitados de audiencia". Así que mal asunto, "la familia Real afronta una situación muy difícil que, a corto plazo, solo puede empeorar". Vaya panorama, la que les espera.
Sobre la campaña, Victoria Prego está encantada con las entrevistas de Gloria Lomana. "Fuera del griterío del mitin y fuera de la pulsión homicida" de los debates porque así hablan los candidatos. Claro que Rajoy "se comprometió a lo que quiso y se guardó lo que le dio la gana" que ya es casi presidente, y Rubalcaba "no está pensando ni por asomo en ganar las elecciones" así que "hace propuestas que están por comprobarse". Vamos, que promete cualquier cosa que se le vaya ocurriendo.
El País vuelve a vender que "el desarme está en la agenda de ETA" y nos cuenta que la banda está mucho más contenta con "el cambio del discurso "negativo" de Rajoy", lo que es todo un alivio. Sobre todo para Rajoy. Y a todo esto, "la campaña vive en una especie de burbuja de ficción" mientras "a su alrededor el mundo se desploma". Hala, eso para animar. Dice Fernando Vallespín que lo que le pasó a Rubalcaba en el debate lo tiene merecido porque "no pudo evitar que le pasara factura su pasado inmediato. Su única oportunidad era limpiar el pasado y no lo hizo", dice el listillo como si fuera tan fácil, así que el relato de Rubalcaba "ya no tiene credibilidad". El electorado "quiere sangre",dice, y fue un "grave error" que no hubiera dimisiones tras las elecciones de mayo. "Al final todos se fueron de rositas", dice.
En La Gaceta, Carlos Dávila echa las muelas con Guerra, que nos tiene a todos alucinados con esa mala leche que se gasta el abuelito socialista. Cuando era vicepresidente "a la gente le daba pánico su figura" recuerda. "Presumía de saberlo todo de todos y esa amenaza le permitía insultar, degradar, mentir", ah, qué tiempos, dirá Guerra. "Ahora ha reaparecido el peor Guerra de los conocidos (...) por su boca de fuego surgen las peores diatribas revestidas de una gracia suburbial que, a estas alturas, no causa miedo: causa vergüenza ajena". O risa.
ABC le atiza al PSOE por todo, prácticamente. Por elevar "la dosis de agresividad y crispación", por sus "mensajes ponzoñosos", por "utilizar" el comunicado de ETA,por las "injuriosas insidias de Alfonso Guerra". Qué no falte de na. Mientras, "la respuesta del PP consolida a su candidato, precisamente porque no hay respuesta a la provocación socialista". En otras palabras. Habla chucho que no te escucho.
En La Razón, que destaca que "el Día de la Memoria se convierte en el día de la vergüenza", le llueven tortazos a Patxi López por equiparar a las víctimas. "Entre un asesino y una víctima no hay intermedio: o se está con la segunda o se justifica al primero. Algo tan elemental parece no entrarle en la cabeza al lehendakari López, cuya actitud ayer, al colocarse entre la apología de de Bildu de los etarras y las víctimas de ETA, es indigna de un demócrata. Incluso para hacer de Pilatos le falta mucho más valor".
Y Público quiere convencernos de que la "izquierda se revuelve" ante Bruselas frente a un Rajoy que "se compromete a impulsar todas las reformas que exige". Ay que me parto. Y es que los gobiernos "son muy libres de seguir o no" las recomendaciones de Bruselas. Claro, claro, ya lo demostró Zapatero en 2010, cómo se plantó el tío cuando le exigieron recortes. Fue memorable. Y encima nos asusta con amenazas. "Rubalcaba afirma que, si gana, él mismo llevará la política económica". Aggg. Menos mal que Jesús Maraña nos tranquiliza. "A diez días de las elecciones generales, Merkozy y Goldman Sachs están tranquilos con España. ¡Por qué será!". Uff, me habían entrado sudores.