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La traumática experiencia de vivir en La Moncloa

Todos los presidentes, y sus familias, han acabado sucumbiendo al denominado síndrome de La Moncloa. Rajoy quiere evitarlo.

Y es que ninguna familia presidencial le han sentado bien los años de residencia palaciega, y para ejemplo, el de la de José Luis Rodríguez Zapatero. Cualquiera diría que vivir en un palacio del siglo XVII, con jardines, piscina y servicio, en las afueras de Madrid y lejos del mundanal ruido, es una desgracia. Pero tal y como publica La Vanguardia, cuando se trata de preservar el equilibrio familiar, más vale evitar esta clase de oficialismos.

Rajoy tiene dos hijos de doce y seis años, y la etapa vital que tendían que afrontar en Moncloa es delicado. "No lo llevo en mi programa", dijo en campaña electoral, refiriéndose a su más que probable traslado a la residencia presidencial. Zapatero ha vivido la entrada en al adolescencia de sus hijas en el búnker de Moncloa, Y también lo afrontaron así Aznar y Felipe González, con tres hijos cada uno.

Ana Botella llegó a sentenciar que "la Moncloa es inhabitable para una familia normal". Sonsoles Espinosa, que se sentía encerrada, y Carmen Romero dieron a entender igualmente que no eran felices allí.

Según Valentín Martínez Otero, doctor en Psicología y Pedagogía, mudarse a un palacio supone una circunstancia de estrés para cualquier familia. El padre asume una enorme responsabilidad, los hijos pueden verse presionados....Es importante mantener los lazos infantiles con su entorno social previo.

Por eso, la apuesta de Rajoy por mantener su domicilio habitual, donde cada uno tiene construido su mundo íntimo, suena lógica. Y a pesar de que el ejercicio del poder a tal nivel conlleva arrinconar el ocio y hasta la familia, hay que cuidar estas esferas para evitar que "el liderazgo se deshumanice", según Ángel Castiñeira, director de la cátedra Liderazgos y Gobernanza del Esade.

El síndrome de La Moncloa, en el que sus ocupantes se imbuyen de un progresivo autismo y alejamiento de la realidad, está siempre ahí y el dormir en su domicilio habitual podría preservar a Rajoy de sufrir ese síndrome. No obstante, Castiñeira dice que el liderazgo es transformacional por naturaleza: "Transforma la realidad, a las personas y a los líderes (aunque no lo reconozcan)".

Quien más años residió en Moncloa fue Felipe González, y desde un principio intentó preservar la intimidad de sus hijos. "El anonimato es el mejor regalo que me ha hecho mi padre", dijo su hija María, que llegó allí con apenas cuatro años. Aznar fue el primer líder que mostró su intención de no residir en la Moncloa, ya que veía claramente a González bajo el síndrome. No pudo por motivos de seguridad.

Tal y como dice La Vanguardia, los últimos acontecimientos relacionados con la banda terrorista ETA podrían facilitar que Rajoy consiguiese seguir residiendo en su vivienda habitual. Lo que busca es garantizar el bienestar de la familia y unos niños que así podrían seguir visitando a sus amigos en Aravaca.

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