Tommaso es un gato negro de cuatro años que, allá por 2009, fue rescatado de las calles de Milán por una viuda italiana. La mujer, sin hijos, ha muerto el pasado mes a los 94 años edad. Y ha legado a Tommaso sus propiedades más preciadas: nada menos que varios pisos y casas repartidos por toda la ciudad de Milán, y cuyo valor asciende a diez millones de dólares.
El improvisado magnate felino es el propietario de los inmuebles con todas las de la ley, tal y como publica The Guardian. El testamento de la anciana, escrito a mano y firmado el 26 de noviembre de 2009, estipula que el dinero está destinado al "bienestar del animal o la asociación que recoja la tarea de velar por su gato".
Los abogados de la viuda están valorando varias organizaciones, pero de momento ninguna les ha ofrecido las garantías adecuadas. Según la ley italiana, los animales no pueden heredar directamente, pero sí pueden ser beneficiarios en caso de encontrarse un gestor adecuado.
La adinerada viuda nombró, eso sí, a una enfermera que adora los gatos, y que cuidó de su salud hasta sus últimos días, como la encargada de administrar la fortuna. La anciana conoció a la enfermera de forma casual en un parque, y al percatarse de su carácter afable con el animal, decidió hacerla responsable de la fortuna de Tommaso sin que ésta supiera entonces el valor de sus propiedades.