Las grandes desastres de la historia siempre ejercieron una irresistible atracción sobre artistas, literatos y filósofos, al igual que también cautivaron la imaginación de las masas dominadas por la épica de la tragedia y la apetencia morbosa por paladear el sufrimiento ajeno tras la protectora barrera del tiempo...
Pero lo de este tipo de actos, raya el folclore mas instrumentalizado, superando ampliamente los límites del buen gusto y del respeto por los difuntos.
Una cosa es quedar embriagado por el esplendor de una época, coronada por la tragedia de su máximo exponente tecnológico que logra acentuar un intangible sentimiento de pérdida, y otra bien diferente es sentarnos a contemplar una opereta bufa trufada de macabros detalles carentes de significado.
Al final, como cualquier otro grandioso templo en honor a la muerte, estos improvisados monumentos funerarios, despliegan su irresistible atracción sobre el imaginario colectivo, pues nos acercan inevitablemente al contacto con nuestra verdadera naturaleza pasajera...
Y no es mala la empresa que se dedica a honrar a los muertos desde el respeto, sino la que busca el acercamiento por puro placer fetichista o por puro sentido mercantilista.
La gente decente no comercia con huesos...
Que el personaje este que supuestamente es rey de españa done la botella a la AVT.
Saludos desde el imperio.
Hay que ser ligeramente morboso para tener una botella con semejante simbolismo.
Qué quieren celebrar?, que hubo miles de terribles muertes en las aguas heladas del Atlántico?, que ellos están vivos y riéndosa de la tragedia?, no, no lo entiendo.
Me parece macabro