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'El País', de los nervios con el Rajoy diesel y el tantarantán de Victoria Prego

Rajoy aparece fundamentelmente como un muermo, pero mientras para unos es el mesías esperado, otros es que no le entienden.

"100 días que cambiarán España", titula El Mundo, así, sin exagerar. Pedro J. le da un aprobado, aunque tampoco desparrama entusiasmo. Rajoy "se jugará buena parte del éxito de su legislatura en cien días", dice. Hijo, por Dios, qué prisas. "Tiene un plan elaborado, mide y sabe los pasos que debe dar y es consciente de las limitaciones de tiempo (...) Esbozó las líneas generales, pero no las concretó" y pese a todo "resultó coherente". Mientras, Rubalcaba "chapoteo una y otra vez en los mismos asuntos de la campaña", el muy tunante "aparentó fair play, pero su discurso estuvo cargado de reproches" y encima "le echo en cara que hubiera ganado las elecciones gracias a la crisis económica". Victoria Prego vio a Rajoy muy sobrado, como de paseo. "Sabía que enfrente no tenía a nadie que le pudiera producir ni un arañazo", así que se limitó a contarnos "que le va a meter un tantarantán al país de los de no te menees".

El País echa humo con lo que Rajoy no dijo. "Rajoy se reserva las medidas más duras", el egoísta. "Anuncia un plan urgente y amplio de reformas, sin concretar" y "no abandona el depende ni en su discurso de investidura". Es "un motor de combustión diesel", dice Carlos E. Cué. Así que a falta de anuncios que echarse al diente, ya animan ellos. De eso que dijo de que iba a tocar todo menos las pensiones "se deduce que habrá recortes". Qué sagacidad. Y es que Rajoy les pone de los nervios. "Estuvo tedioso y sin el menor entusiasmo, porque el futuro presidente no es dado a ser portador de alegrías", jolín, con lo que se reían con Zapatero. Según Javier Casqueiro, "la táctica era clara. Pintar el panorama fúnebre para abonar el terreno". El editorial insiste en la falta de chispa y desparpajo de Rajoy. "Siempre Rajoy", que lata. "El discurso no estuvo a la altura que él mismo se había exigido" que lo saben ellos, "intentó mantener el mismo propósito de los últimos tiempos, no enajenarse ningún sector de la ciudadanía" y eso "es una apuesta arriesgada, puesto que, tarde o temprano, tendrá que comenzar a gobernar". Observación muy cierta. El viernes, sin ir más lejos.

De Rubalcaba hablan más bien poco. "Ha estado acertado", dicen sin el mayor entusiasmo. "Los socialistas no harán la oposición que sufrieron del PP, al menos hasta el congreso federal del PSOE que decidirá el modelo de oposición y quién será el líder", así que hasta entonces, Rubalcaba "pareció razonablemente correcto". Y luego llaman a otros aburridos.

ABC, por el contrario, anuncia a bombo y platillo que "Rajoy tiene un plan para España", lo que agradecerán enormemente sus votantes. Hizo un "discurso de gran altura política en el que transmitió esperanza" y "sin revanchismo" propuso "un plan en toda regla". Tomás Cuesta se aburrió enormemente pero con gusto. "Fue un alivio no tener que aguantar memorias históricas, heroísmos imaginarios y toda la amalgama de podrido sentimentalismo". Tan coñazo estuvo Rajoy que "a nadie irritó y a pocos entusiasmó", comenta Blanca Torquemada.

La Razón nos da la "palabra de Rajoy". Ah vale, entonces nos quedamos mucho más tranquilos. Rajoy presentó un "ambicioso programa de regeneración democrática" y "la partitura suena bien a los mercados" que tienen un oído finísimo. "Hay puntos que necesitan concreción, sin duda, pero la dirección de la marcha es la acertada y la impulsa un espíritu firme de confianza". Y desenmascara al malvado Rubalcaba, un falso que "quería aparentar moderación y cierta invitación al consenso, pero que en realidad pretendía sembrar la alarma sobre las reformas populares", el muy lagarto.

La Gaceta es la más arrebatada con Rajoy. "La reforma más ambiciosa desde la Transición", nada más y nada menos. "Ayer se cerró, venturosamente, un ciclo político que conducía a España directamente al precipicio (...) Por primera vez en siete años no escuchamos ayer ripios baratos ni sonrojantes retazos de optimismo patológico, sino la voz de un líder valiente". ¡Ole!. Y Carlos Dávila avisa. Rajoy "va a poner a España patas arriba (...) Las resistencias serán durísimas, las colaboraciones ajenas muy escasas. Él lo sabe".

Público tiene una premonición. "Tijeretazo general". Y es que les pareció oír a decir Rajoy que "meterá la tijera en todo menos en las pensiones". Isaac Rosa hace un sesudo y profundo análisis de las reformas anunciadas por Rajoy. "Se van a gastar un pastón en papel, a poco que empiecen a sacar borradores de las muchas reformas que ayer prometió". Anda, pues es verdad, menudo despilfarro. ¿Habrá caído Rajoy?

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