Defensa sin atisbo de dudas de las reformas emprendidas, incluida la laboral. A pesar de que los sindicatos sacaran músculo el pasado domingo y hayan redoblado la presión enviándole una carta-amenaza. Aunque en Valencia se hayan producido violentas protestas por los ajustes en educación y las fuerzas de seguridad tuvieran que actuar. Mariano Rajoy está convencido de que su programa de medidas sacará a España del túnel, y de ahí que lo volviera a defender con uñas y dientes.
Lo hizo junto a David Cameron, que ya sabe lo que son tener las calles incendiadas. En su visita a Londres, el presidente tuvo que referirse a los asuntos domésticos, en una comparecencia pública repleta de medios españoles. “Hay que tomar decisiones justas y equilibradas”, pronunció, en su respuesta a UGT y CCOO.
El jefe del Gobierno confirmó que los sindicatos le han enviado una misiva, pero que aún no la ha leído. Independientemente de lo que diga, el presidente advierte de que no hará grandes cambios en la reforma. El núcleo seguirá tal cual, sin modificaciones. “Hay cosas que no pueden gustar” pero “no podía pasar más tiempo” sin una actualización. “No quiero engañar a nadie”, apuntaló, incidiendo en que no habrá cambios. “No sería bueno para nadie”.
En cuanto a los sucesos de Valencia, partió de la base de que “nuestro país está viviendo una situación difícil y compleja”, pero que el Ejecutivo está actuando de forma “equitativa”. Entonces, volvió a entonar ese discurso patriótico que marcó un antes y un después el domingo, en la clausura del Congreso nacional del PP. “Todos tenemos que tirar del carro, y me incluyo a mí mismo”, y yendo a lo concreto, afirmó que “todo el mundo tiene derecho a manifestarse” pero también la Policía “tiene funciones que cumplir”. “Si todo el mundo actúa con mesura y sentido común este tipo de cosas no se van a repetir”, sentenció.
Como telón de fondo, la "imagen" de España fuera de nuestra fronteras, un extremo que preocupa especialmente al jefe de gabinete. De ahí su llamamiento general a la calma, y a que -desde Londres- proclamara que la de la ciudad del Turia no es la fotografía "de nuestro país".