Isabel Mingote, "viuda del maestro", concede una entrevista este viernes a ABC que los de Vocento publican a doble página. La intención, en absoluto disimulada, responder a la portada de este jueves de La Razón o, como dice el entrevistador con una considerable dosis de bilis periodística, "un periódico donde escribe Alfonso Ussía".
Las respuestas de la viuda dibujan a un maestro absolutamente despreocupado por las cuestiones materiales, con detalles que rozan lo increíble como que allá por 1966 guardaba 50.000 pesetas en un cajón de casa de las que ni tan siquiera se acordaba. "Y así siguió toda su vida, sin saber lo que valía el dinero", dice Isabel Mingote.
El segundo eje fundamental de la entrevista es, por supuesto, la vinculación del genio de la viñeta con el periódico para el que trabajó durante seis décadas: "Siempre decía que quería a ABC como a su madre, ABC era una madre para él. Y no digamos ya la familia Luca de Tena".
Un cariño que no habría cambiado con la nueva propiedad del histórico periódico: "Actualmente con el grupo Vocento; con todos ellos siempre ha tenido una excelente relación", dice recordando también la ilusión que el dibujante tuvo con la creación del premio que lleva su nombre.
"Estoy destrozada, no lo entiendo"
La entrevista aborda en un espacio aparte la carta publicada este jueves por La Razón, algo que la viuda de Mingote dice no comprender: "Estoy destrozada. No he hablado aun con Alfonso. No lo entiendo. Siempre que escribe algo sobre Antonio me lo lee antes y me lo consulta".
Isabel Mingote se muestra segura de que Ussía ya se ha arrepentido de la publicación y asegura que su marido "se hubiera llevado un enorme disgusto al ver publicada esa carta".
Además, ofrece una explicación del episodio que reflejaba la misiva firmada por Mingote: "Antonio escribió esa carta al anterior consejero delegado de Vocento, José Manuel Vargas. Vargas llamó diciendo que todo se había desbordado. Cenamos juntos. Le pidió perdón. Charlamos. Quedamos muy amigos y dijo que todo seguiría igual".
En definitiva, que según su viuda el dibujante no quiso dejar su periódico: "¿Cómo iba a pensar él en dejar su adorado ABC por dinero? Nunca, jamás".