El País le tiene unas ganas tremendas a Carlos Dívar y no se molesta en disimular, así que le da mucha cancha a las denuncias del vocal amiguete de Garzón y Rubalcaba Gómez Benítez. "El Poder Judicial deja solo a su presidente en defensa de sus gastos", que ha dicho que están "perfectamente justificados" pero claro, el periódico no se cree nada.
Mientras, llora desconsoladamente porque "el Supremo mantiene a Otegi en prisión por un voto de diferencia", por qué poquito, mecachis. A Aizpeolea se le ocurre un pedazo de idea para meter o sacar a la gente del trullo cuando haya desacuerdo. Hacer un referéndum. ¿Cómo no se nos había ocurrido antes? "El 52% de los vascos considera que Otegi y sus compañeros deben ser excarcelados, frente a un 25% que defiende su continuidad en prisión (...) La decisión del Supremo no está a la altura del momento", dice. Y los tontos de la Policía y los jueces buscando delitos y pruebas, con lo fácil que es preguntar a la peña y que gane el mejor. Y es que Aizpeolea ve un serio peligro en que Otegi siga en prisión. "Va a ahondar en el victimismo de la izquierda abertzale" y cómo no, "ha pesado más la presión de la ultraderecha política y mediática que el papel integrador y reinsertador", etc, etc, etc... Pero qué cansino.
Sobre Bankia opina que "la nacionalización temporal es la mejor opción para el banco", y señala que "se han cometido graves errores políticos, los de los gobiernos y el Banco de España", dice sin dar nombres.
ABC se rinde ante Rajoy, ese pedazo de estadista que "ya ha anunciado que está dispuesto a hacer cosas que había dicho que no haría", bravo, fenómeno, qué tío. "Este pragmatismo le honra", dice. Uff, no quiero ni pensar si en vez de Rajoy hubiera sido otro el pragmático. Isabel San Sebastián ve un panorama negro en el País Vasco, "que se divide entre los nacionalistas con ‘c’ o nacionalistas con ‘z’ de nazis". Y "todo por la traición de unos socialistas que prefirieron agachar la cabeza ante los terroristas en vez de plantarles cara".
También El Mundo cree que "el Gobierno ha llegado a una solución positiva" con Bankia, aunque considera que "hay que elevar el tono de crítica hacia el Banco de España" y pedir "responsabilidades a Fernández Ordóñez por su inexplicable inoperancia".
Pedro J. le hinca el diente al "adalid de la ética pública", el "delator" de Carlos Dívar, Gómez Benítez. "Nunca le preocupó que su amigo Garzón ocultó que cobraba a la vez de la Audiencia Nacional y de la Universidad de Nueva York". Así que, con esos antecedentes, "habrá que poner en cuarentena los motivos de su denuncia", dejando claro que "las actuaciones de Dívar y Gómez Benitez deben ser investigadas y aclaradas".
La Gaceta ve "el mundo al revés. El PP nacionalizando bancos". Y Carlos Dávila, inasequible al desaliento, sigue con su perra de enchironar a Zapatero. "A los españoles nos recorre un frío por la columna que nos puede dejar en poco tiempo paralíticos (...) ¿Qué hacer con los desaprensivos que nos tildaban de antipatriotas y que ahora se pasean por Lanzarote como si fueran guiris jubilados? No entendemos que nadie les pida responsabilidades penales". Carlos hijo, vete a los juzgados y quítate la espinita de encima.
La Razón fuma en pipa porque ayer se lió la marimorena por publicar los expedientes académicos de los dirigentes sindicales estudiantiles. Y eran malos, muy malos. "La izquierda agita el acoso a La Razón", dice. Considera el periódico que los aludidos tienen "derecho a protestar (...) pero también a La Razón le asiste el derecho constitucional a la libertad de información y expresión (...) la campaña desatada contra nuestro periódico, instigada desde el PSOE, nos ratifica en el acierto de publicar en libertad informaciones de interés para los ciudadanos". Y es que cuenta Marhuenda, en un artículo firmado de su puño y letra, que ayer se recibieron "insultos y amenazas" tanto en Twitter como por teléfono. "He recibido miles de tuits insultándome a mí y a mi familia con barbaridades inimaginables que reflejan una concepción totalitaria de la libertad por parte de radicales que sólo saben odiar". Pobres, qué mal rato debieron pasar.
A César Vidal toda esta historia le trae a la cabeza cuando con nueve años sus padres le advirtieron de que el primer año que suspendiera tendría que dejar los estudios. Ah, tiempos aquellos de cuando seas mayor comerás huevos, el que vale para la juerga vale para trabajar, a las diez en casa, lo niños ver, oír y callar... "Me he acordado de todo esto contemplando el historial de zánganos redomados de no pocos dirigentes estudiantiles" que "se aferran como garrapatas" a la universidad. Que ya son ganas.