El dispositivo policial destinado a controlar las protestas de los indignados el 15-M estará formado, entre otros, por 300 efectivos policiales de paisano disfrazados de activistas. Según El Mundo, su misión será recopilar información por si algún grupo radical intenta provocar incidentes.
El inicio de la movilización que ha permitido la Delegación del Gobierno será a las 17 horas, y su final, a las 22 horas. Los indignados tienen planeado, no obstante, un "grito silencioso" a medianoche, así como una "asamblea permanente" –su eufemismo para evitar la palabra acampada– hasta el día 15.
Al parecer, informa el diario, la estrategia podría ser dejar hacer a los indignados hasta más allá de las 22 horas, pero desalojar la plaza por cualquier medio entre las 3 y las 6 horas de la madrugada del domingo.
Según El Mundo, las autoridades han desplegado un amplio dispositivo por si las protestas hubieran ganado fuelle debido a la crudeza de la crisis.
Los indignados han diseñado métodos de acampada express y montar una tienda en alrededor de un minuto, y así tratar de burlar los controles. La Policía podría colocar controles en la entrada de Sol y generalizar la toma de datos para poder hacer acusaciones de concentración ilegal, un delito penado con hasta 3.000 euros.
Entre tanto, las denuncias de la comisión de Acampada Sol al Ministerio del Interior por lo que consideran un hecho habitual, la "habitual" falta de identificación de los antidisturbios en cargas y acciones. Otras comisiones distribuyen un cuadrante de "abogados de guardia del 15-M" para atender a los posibles detenidos.