Empezamos nuestro repaso por El Mundo, que reparte su portada entre el pasado, las propuestas de Merkel a Zapatero, y el porvenir: la prima de riesgo a 650. La imagen, con un corte muy vertical, para una entrañable Isabel II que ayer cumplía 60 años como reina.
"Alemania trata de llevarse al huerto a España", nos dice el editorial, que señala que el Gobierno "se encuentra en una encrucijada infernal de la que no parece saber cómo salir". Recomiendan los de Unidad Editorial que el Ejecutivo se centre en "conseguir recursos directamente para los bancos", pero sobre todo advierte que la intervención será "una catástrofe tanto para el país (...) como para el Gobierno" y, finalmente, señala que "la eventual intervención de la economía española haría muy difícil de entender la continuidad de Rajoy al frente del Gobierno".
En la página opuesta Federico Jiménez Losantos destaca que si la Troika europea "viene a sanear nuestras cuentas, le bastaría con aplicar los programas electorales de nuestros partidos, en especial el del Gobierno".
En El País el protagonista del titular es De Guindos, negociando con Alemania "la fórmula para recapitalizar la banca". La imagen, qué monárquicos se nos han puesto los generalistas, para la reina de Inglaterra en pleno fasto diamantino, en este caso acompañada por toda la familia desde su hijo Carlos a su nieto Enrique, pasando por la imprescindible, y en esta ocasión rojísima, Kate Middleton.
El editorial también tiene carga de profundidad contra el Gobierno, "que da sensación de desbordamiento", una suave forma de decirlo. Piden los de Prisa más "ayuda" para el Ejecutivo, que tiene que venir del PSOE" y, probablemente, "las de CiU y PNV". Para empezar a correr y no parar hasta Zurich, más o menos.
Lo más curioso, probablemente, una página completa sobre los ERE andaluces que resulta demoledora incluso para Griñán, al que se trata de poner un tanto al margen pero que no queda inmune ante la catarata de datos, millones, corruptelas e imputados. Habrá que ver si esto, como parece, tiene lecturas en clave de guerra interna socialista.
ABC nos lleva en su portada, gran imagen mediante, al día de las Fuerzas Armadas, al País Vasco, y al cuartel de Araca, donde 600 personas, que tampoco parece una multitud insondable, estuvieron de visita "para confraternizar con los militares".
El segundo titular es para la Audiencia Nacional, que "reclama más competencias para subsistir". Al periódico de Vocento le parece lógico que ante la caída del trabajo por el terrorismo se le den al tribunal especial otras funciones. A falta de un análisis más profundo uno piensa que igual se podría reducir el tamaño de ese órgano, que no deja de ser una excepcionalidad un poco extraña, pero debe ser que eso de los recortes sólo lo tenemos en la cabeza algunos malvados liberales.
En La Razón nos sueltan una portada sobre Urdangarín, así sin anestesia ni nada, con una gloriosa foto del de Nóos leyendo en un parque de Washington DC. Una lástima lo de la lectura porque si no la imagen podría haber sido un "los lunes al sol" de lo más divertido.
"Cuatro años de cárcel como mínimo para Urdangarín", nos cuenta el titular que se hace eco de las intenciones de la Fiscalía Anticorrupción. No sabe uno si, de ser el duque de Palma, le preocuparía más ese "como mínimo" o que el tema aparezca en la portada del muy monárquico rotativo de Planeta.
Por último, La Gaceta nos alerta de una decisión que podría tomarse esta semana y que sería un excelente guinda política a la permanente catástrofe económica: "Los socialistas del Constitucional quieren legalizar Sortu esta semana".
A la hora de elegir la imagen Su Santidad Benedicto XVI le ha ganado la partida a la familia real británica (que al fin y al cabo nos ha salido un poco licenciosa) y aparece besando la cabecilla de un niño en el VII Encuentro Mundial de las Familias.
En el interior, no se pierdan el pequeño artículo de Carlos Dávila, en el que nos relata la historia de Mercedes Galdós: una terrorista con 15 cadáveres a sus espaldas a la que le cayeron 800 años y ya está en la calle reivindicando esto y lo otro. Es tremenda y triste, sí, pero es una de esas historias que no tenemos que olvidar.