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Los excursionistas acusados dicen que no provocaron el incendio de Guadalajara

En el incendio murieron once personas y se quemaron 13.000 hectáreas de terreno. Los excursionistas defienden que no cometieron imprudencias.

La Audiencia de Guadalajara juzga desde este lunes a los tres excursionistas que provocaron, al hacer una barbacoa, el incendio ocurrido en esta provincia en julio de 2005, en el que se quemaron casi 13.000 hectáreas del antiguo Ducado de Medinaceli y que costó la vida a once trabajadores de un retén forestal. Estos han dicho que el fuego no se inició en la zona de la barbacoa que estaban preparando, sino en un campo de cereal a 40 metros.

Así lo han manifestado Marcelino H., Juan José J.C. y Iasson K., éste último de nacionalidad alemana, durante su declaración en la primera jornada de la vista oral que se celebra en la Audiencia de Guadalajara y para quienes el fiscal pide dos años de cárcel por un delito de incendio por imprudencia grave y casi catorce millones de indemnización por los daños ocasionados al Gobierno regional.

El primero en declarar ha sido Marcelino, quien ha señalado que estaba solo al cargo de la barbacoa cuando escuchó un ruido y que al darse la vuelta vio un "fuego redondo" de unos dos metros y medio de altura y a cuarenta metros de la zona de las parrillas donde él estaba.

Defienden que no cometieron imprudencia alguna

"No me considero imprudente por haber hecho la barbacoa y creo que todas las medidas que se tomaron fueron correctas. Nunca tuvo previsto que fuera a provocar un incendio, ni lo prevenía ni lo provoqué", ha dicho Marcelino, el único de los tres procesados que ha contestado a las preguntas de todas las partes, ya que los otros dos solo respondieron al fiscal y a la defensa.

En similares términos se han expresado los otros dos encausados, que han rehusado responder a las preguntas de las cinco acusaciones particulares, y han defendido que tampoco cometieron imprudencia, como les acusa el fiscal y las familias de las víctimas, que les reprochan que no vigilaran las llamas en un día de viento y fuerte calor.

A este respecto, los excursionistas han afirmado que el día del incendio, a primera hora de la tarde del 16 de julio de 2005, no era un día especialmente grave para los incendios, pues era "un día de verano agradable".

Los tres han reconocido que el guardia de la Cueva de los Casares -lugar que acababan de visitar- les pidió que tuvieran cuidado, aunque ellos no lo tomaron como una "advertencia", según han dicho.

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