El Mundo nos da un sorpresón con un sesudo artículo del analista Zapatero sobre el BCE. Revive el hombre el horror de su viejo enemigo que ahora se ha apropiado del cuerpo de Rajoy. "Con primas de riesgo elevadas, la economía pierde la capacidad de financiarse, y si no hay liquidez no hay crédito, y si no hay crédito hay recesión", ¡aggg! Desde su millonario retiro cobrando un pastón sin dar golpe nos cuenta que "se han cometido errores". ¡No fastidies!, no lo habíamos notado. Es más, "asumo en primera persona lo que corresponde al gobierno que presidí", dice mientras se lleva los pulgares a las sienes y nos saca la lengua desde lejos. Y acaba demostrándonos todo lo que aprendió en dos tardes con Jordi Sevilla. "Estamos en la hora más decisiva para el euro". ¡Bravo, bravo!
Pedro J. se desgañita con Rajoy, que sisa de lo fácil –impuestos, funcionarios, paro- "pero a juzgar por los resultados, no ha podido controlar su propio gasto y el de la autonomías, mientras sigue sin hacer prácticamente nada en el ajuste del aparato burocrático del Estado (...) Lo que hace falta en estos momentos es una profunda reforma del modelo de Estado para reducir su coste, pero Rajoy no ha dado un solo paso en esa dirección".
Pues mira, Pedro, en El País, Miguel Ángel Aguilar tiene una idea. Le toca hoy dar la matraca con que hay un "clamor generalizado", sobre todo en Prisa, que "aboga por un gran acuerdo nacional del que habrían de formar parte junto con los populares, los socialistas y los nacionalistas vascos y catalanes". Pero "un pacto de esa amplitud es inconcebible bajo el liderazgo de Mariano Rajoy, cuyo eclipse se advierte irreversible. De ahí que ya se está buscando a un nuevo Leopoldo desesperadamente", dice en referencia a Calvo Sotelo. Pero tiene un problemilla. Resulta que en la bancada popular Miguel Ángel no ve a "ninguno capaz de asumir ese encargo", que nada, que no le convencen. Seguro que si mira a los de los bancos de enfrente ve montones y montones de posibles nuevos presidentes.
También cuenta El País que "el Poder Judicial se rebela ante el recorte de días libres" a los funcionarios porque "no es lo mismo un empleado público que un juez". Claro que no, hombre, a quién se le va a ocurrir comparar a un SEÑOR JUEZ con un empleaducho cualquiera.
ABC nos vende que "Rajoy mete en cintura a sus barones". Sí, seguro. "El fin de la fiesta autonómica", titula con ingenuidad el editorial. Hermann Tertsch le baja de las nubes y le muestra la cruda realidad. "Nuestros políticos huelen tempestad y los instintos ovinos se arremolinan. Están en plena reacción gregaria (...) Nuestros políticos llevan meses haciéndose los locos y preparando una buena operación ovina para protegerse de la peligrosa veleidad reformadora", aferrados al poder con las dos manos, no, a mí no, a mí no me tocas.
La Razón informa de que, como ya sabemos desde hace una semana, "el Gobierno ultima con Merkel y el BCE la ayuda española". Marhuenda descarga su ira contra los que han hecho de rabiar a Rajoy. "Las actitudes egoístas y cortas de miras de Alemania o Finlandia y del propio Draghi habían terminado por crear un callejón sin salida".
En La Gaceta, Carmen Tomás también ve la luz. "A estas alturas nadie duda ya ni dentro ni fuera de España que una de las principales vías de agua para generar confianza es la maltrecha situación de la mayoría de las comunidades autónomas. El Gobierno parece haber cogido el toro por los cuertos". Alfonso Basallo le dice en la columna de al lado que de qué. "El PP no ha metido la tijera en la Gorgona del gasto autonómico, que sigue siendo intocable. Los que sí son tocables son los bolsillos de la clase media, a través del IRPF y el IVA, de suerte que el ciudadano se ve conminado, sin comerlo ni beberlo, a pagar el pato de los despilfarros de la clase política". Y está harto, muy harto...