
Guardar correctamente los alimentos es esencial para mantener su frescura y evitar que se echen a perder. Sin embargo, muchas veces cometemos errores al almacenarlos que aceleran su deterioro. Un ejemplo de esto es la tendencia a almacenar patatas y cebollas juntas, un hábito que, según la tecnóloga alimentaria Cristina Lora, es un error común.
En un vídeo compartido en su cuenta de Instagram @nutret_divulgacion, Lora explicó por qué no es recomendable guardar estos dos productos en el mismo lugar. La experta advierte: "Nunca guardes patatas y cebollas juntas. Te voy a explicar por qué."
Las patatas, al ser alimentos climatéricos, siguen madurando incluso después de ser recolectadas. Este proceso de maduración genera etileno, un gas natural que acelera la maduración y descomposición de otros alimentos cercanos. "Las patatas siguen emitiendo etileno después de la cosecha, lo que provoca que lo que esté a su lado, incluso ellas mismas, madure mucho más rápido", explica Lora.
La mejor manera para la conservación
Si las patatas se guardan junto a las cebollas, el gas etileno puede afectar a estas últimas, haciendo que germinen antes de lo esperado y se deterioren más rápidamente. Por ello, la recomendación es almacenarlas de forma separada para preservar su frescura y evitar que se estropeen prematuramente.
En su vídeo, Lora también menciona otros alimentos que pueden guardarse juntos sin que ello afecte su conservación. Por ejemplo, señala que el pimiento rojo y el tomate pueden almacenarse juntos, ya que no provocan un impacto negativo en la maduración de ninguno de ellos.
Las patatas deben guardarse en un lugar fresco, oscuro, seco y con buena ventilación. La exposición a la luz puede hacer que broten o adquieran un color verde, mientras que la humedad favorece su descomposición. Lo ideal es guardarlas en bolsas de tela o rejillas oscuras, sin apilarlas demasiado, para que el aire circule adecuadamente. Además, nunca se deben guardar en recipientes cerrados ni lavarse antes de almacenarlas, ya que la humedad remanente puede acelerar su pudrición.
Por su parte, las cebollas también deben mantenerse en un entorno seco, fresco y aireado, pero siempre separadas de las patatas. El contacto entre ambos productos genera humedad y gases que pueden acelerar su deterioro.
Si sobra cebolla, lo mejor es guardarla en la nevera dentro de un recipiente hermético para evitar que su olor se propague a otros alimentos. También es posible cortarla en trozos pequeños y congelarla, lo que facilita su uso en sofritos y otras preparaciones.