Guinea Ecuatorial es el único país de África que conserva el español como idioma oficial. Esta pequeña nación situada en el Golfo de Guinea, con poco más de 1,8 millones de habitantes, tiene una historia colonial singular: fue colonia española hasta su independencia en 1968, y desde entonces el español se mantiene como lengua principal de la administración, la educación y los medios de comunicación. Convive con el francés y el portugués, aunque más del 80% de la población lo habla diariamente.
En un movimiento poco esperado, el país ha iniciado desde 2012 la construcción de una nueva capital en mitad de la selva tropical: Ciudad de la Paz, anteriormente conocida como Oyala. Esta nueva metrópoli está situada en el territorio continental, en una zona virgen y de fácil acceso, y busca convertirse en el símbolo de una Guinea Ecuatorial moderna y centralizada.
La ciudad ha sido diseñada por el estudio portugués Future Architecture Thinking (FAT) y abarcará unas 8.150 hectáreas. Se prevé que albergue entre 160.000 y 200.000 habitantes, aunque actualmente solo residen unas 2.000 personas. El proyecto incluye edificios institucionales como el Parlamento y villas presidenciales, un distrito financiero, zonas residenciales, universidades, infraestructuras de ocio como campos de golf y hoteles de lujo, además de una red de carreteras de seis carriles y tres puentes. La energía provendrá en gran parte de fuentes renovables, incluyendo una central hidroeléctrica en Evinayong.
A pesar de su envergadura, la construcción no ha estado exenta de polémica. El proyecto ha sido liderado casi en su totalidad por empresas extranjeras -principalmente chinas y francesas-, con escasa participación española, a pesar del vínculo histórico del país con España. Además, muchos han criticado la inversión de millones en esta ciudad futurista en un país donde gran parte de la población aún vive en condiciones precarias.
La nueva capital también representa una apuesta por reforzar la identidad nacional y el peso institucional del español en África, en un contexto donde el inglés y el francés son predominantes. Para conservar su riqueza lingüística, Guinea Ecuatorial cuenta con la Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española, integrada en la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE).
En definitiva, Guinea Ecuatorial avanza con un ambicioso proyecto urbanístico que combina modernidad, simbolismo político y memoria histórica ligada a España, mientras reafirma su singularidad cultural en el continente africano.