
Los nematodos son microorganismos que debilitan e incluso matan a las plantas, ya que su principal nutriente son las raíces de estas. Estos parásitos, también conocidos como gusanos nematodos, se dividen en dos grupos distintos: los endoparásitos, que viven en el interior de las raíces; y los ectoparásitos, que permanecen fuera y se alimentan desde el exterior, perforando la planta desde fuera hacia dentro.
Los más habituales son los nematodos agalladores, los lesionadores y los de quistes, y aunque, estos organismos son imperceptibles para el ojo humano, su presencia en las plantas deja un visible rastro. Los síntomas más comunes son inflamación de las raíces, dificultad para crecer y la aparición de hojas amarillas. El principal problema suele ser que, para cuando se descubre la existencia de esta plaga, la planta ya está demasiado debilitada o deteriorada. Sin embargo, hay varios métodos para prevenir su aparición, pero antes hay que saber cómo se propagan.
Los nematodos suelen transmitirse a través del agua, utensilios que hayan estado en contacto con otras plantas enfermas y que no se hayan desinfectado correctamente y mediante el compost contaminado, entre otros. Las especies que corren más peligro son los cultivos de zanahorias, cebollas, patatas y tomates.
Cómo combatirlos
Esta enfermedad en las plantas es silenciosa y suele ser muy difícil sanarlas, por ello, la mejor opción es la prevención. Hay varias formas de proteger las macetas, los jardines y las cosechas de estos organismos microscópicos:
- Proteger el suelo: la idea es crear una barrera mediante la colocación de plástico en la parte superior de la tierra. Esto provoca que el calor se acumule, hasta el punto de alcanzar temperaturas tan altas que termina agotando las posibilidades de supervivencia de prácticamente cualquier parásito.
- Utilizar pesticidas: los remedios químicos no suelen ser la opción más recomendada por su impacto medioambiental, pero en este caso es una herramienta muy útil, ya que existen varios productos específicos para este tipo de plagas.
- Rotar el cultivo: para evitar la transmisión de los parásitos de una planta a otra, los expertos recomiendan sembrar diferentes especies entre sí para interrumpir la propagación.
- Fertilizantes naturales: el abono o compost orgánico puede favorecer la calidad de los nutrientes de la tierra y aumentar la presencia de otros organismos, que ayudarán a mantener protegidas las raíces de las plantas ante la amenaza de los nematodos.