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Este uso inesperado de una toalla vieja mejora el cuidado de las plantas en casa

Con el auge de la jardinería en casa, crece el uso de soluciones caseras que mejoran el riego, el drenaje y la estabilidad de las plantas.

Con el auge de la jardinería en casa, crece el uso de soluciones caseras que mejoran el riego, el drenaje y la estabilidad de las plantas.
Las toallas viejas se han vuelto un recurso inesperado pero útil en el mundo de las plantas de interior | Canva

Cada vez son más las personas que incorporan macetas en sus hogares, ya sea por su valor estético o por el efecto relajante que produce el cuidado de las plantas. La jardinería doméstica se ha convertido en una afición cotidiana que aporta color, frescura y armonía a los espacios.

Esta tendencia ha impulsado la búsqueda de métodos caseros para mantener las plantas saludables sin recurrir siempre a productos especializados. En muchos casos, pequeños trucos pueden marcar la diferencia en el bienestar de una planta. Entre ellos, destacan opciones simples que aprovechan elementos ya disponibles en casa.

Las toallas viejas se han vuelto un recurso inesperado pero útil en el mundo de las plantas de interior. Gracias a su versatilidad, pueden emplearse de múltiples formas sin necesidad de transformaciones complicadas. Desde funciones de riego hasta protección, estos textiles encuentran una nueva utilidad lejos del baño. Su incorporación al cuidado vegetal permite extender su vida útil y reducir el desperdicio. Así, el vínculo entre jardinería y sostenibilidad se refuerza con gestos sencillos y al alcance de cualquiera.

Funciones de una toalla: elevar, estabilizar y drenar

Colocar una toalla como base en el fondo de la maceta es un recurso práctico y fácil de aplicar. Esta capa textil permite elevar ligeramente la planta, lo que reduce la cantidad de sustrato necesario sin comprometer su crecimiento. Además, esta elevación favorece una mejor circulación del aire en la zona inferior. Se trata de una solución sencilla que puede marcar la diferencia en el desarrollo de las plantas.

La presencia de una toalla también ofrece mayor estabilidad al conjunto, especialmente en macetas ligeras o con plantas de tallo delgado. Al evitar movimientos innecesarios, se protege la estructura vegetal y se reduce el riesgo de que las ramas se tuerzan o fracturen. Esto resulta útil tanto en interiores como en balcones expuestos al viento. La planta se mantiene erguida y más segura en su entorno.

Otro beneficio clave de este truco es la capacidad de la toalla para absorber el exceso de agua tras el riego. Al retener la humedad sobrante, se previene el encharcamiento y, con ello, el deterioro de las raíces. Esta medida simple contribuye a evitar uno de los errores más comunes en el cuidado doméstico: el exceso de riego. Así, la planta se mantiene sana sin depender de drenajes complicados.

Otros elementos con funciones similares

Las esponjas viejas, colocadas en el fondo de la maceta, actúan como una reserva de agua controlada, absorbiendo el exceso y liberándolo poco a poco según la necesidad de la planta. Esta capacidad evita el encharcamiento y reduce el riesgo de pudrición radicular. A diferencia de las toallas —que también absorben, pero funcionan mejor como superficie de base y soporte—, las esponjas quedan ocultas dentro del sustrato. Su uso es especialmente útil en macetas pequeñas o sin orificios de drenaje. Ambas opciones aprovechan materiales reutilizados con efectos distintos pero complementarios.

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