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Castilla y León

Miguel Delibes ya está entre los hombres ilustres

Fallecido ayer a los 89 años de edad, ha entrado ya en el lugar de los escogidos después del funeral oficiado en la catedral de Valladolid.

Soraya llora al recordar a Miguel Delibes

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El compromiso humano y cristiano del escritor fallecido ha sido destacado por el administrador diocesano, Félix López, durante la homilía, pronunciada en una abarrotada catedral donde, además de los siete hijos de Delibes, ha estado la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, y la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, además de diversos representantes políticos como Tomás Burgos, Miguel Ángel Cortés, Ana Tormes o Emilio Álvarez.

Al término de la ceremonia, desde el mismo altar, el primogénito de Miguel Delibes, el biólogo del mismo nombre, ha agradecido las numerosas pruebas de afecto a la familia y a la figura de su padre, "que en los últimos tiempos tenía más ilusión en la otra vida que en ésta".

Miles de vallisoletanos con Delibes

Antes del funeral miles de personas acompañaron hasta la Catedral de Valladolid entre muestras de cariño a la comitiva fúnebre que trasladaba los restos mortales del escritor. Pasadas las doce del mediodía, los nietos del escritor portaron a hombros el féretro desde el salón de Recepciones del Ayuntamiento de Valladolid hasta el coche fúnebre que encabezó la comitiva y que partió de la Plaza Mayor.

Las tribunas instaladas en la plaza con motivo de la próxima celebración de la Semana Santa estaban abarrotadas de ciudadanos, al igual que la explanada. Todos querían dar con aplausos su último adiós a quien ha sido uno de los vecinos más ilustres de la capital vallisoletana, la misma en la que nació, vivió y murió el escritor.

Una vez que el féretro fue depositado en el coche fúnebre, los nietos, emocionados, se fundieron en un profundo abrazo mientras que los miles de asistentes aplaudieron durante más de un minuto a Miguel Delibes, tras lo cual guardaron otro minuto de silencio para, posteriormente, seguir aplaudiendo.

Durante el recorrido, controlado por un fuerte dispositivo policial, Germán Delibes, uno de los hijos del autor de obras como 'Los santos inocentes' o 'El hereje', agradeció las muestras de cariño de los asistentes.

Imposible acceder a la catedral

El paso del cortejo fúnebre era recibido con aplausos por los cientos de ciudadanos que se agolparon en las inmediaciones de la catedral metropolitana una hora antes de que comenzara el funeral por Miguel Delibes, el escritor de Castilla.

El acceso a la Catedral por la puerta principal era prácticamente imposible, pues fueron muchos los vallisoletanos que querían despedir a uno de sus escritores más ilustres, junto a José Zorrilla o Rosa Chacel.

Uno de los momentos más emotivos se vivió cuando el cortejo llegó a la puerta de la catedral y el féretro con los restos del insigne y laureado escritor descendían del coche fúnebre, mientras que los cientos de ciudadanos que se encontraban en el interior del templo se ponían en pie para recibir al escritor y a sus familiares.

Una veintena de curas recibió el féretro de Miguel Delibes, que quedó depositado a los pies del altar mayor de la catedral custodiado por dos guardias municipales vestidos de gala, mientras que a sus pies se depositaron parte del centenar de coronas y ramos que en estos dos días han llegado al Consistorio, ya que era imposible trasladar todas ellas.

En los bancos delanteros de la derecha se ubicó la familia de Delibes, mientras que en la parte izquierda los principales representates institucionales como el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, la vicepresidenta primera del Gobierno, el delegado del Gobierno, Miguel Alejo, o la ministra de Cultura.

Los miembros de la Corporación municipal, vestidos de riguroso luto y con la medalla de la ciudad al cuello, hizo su entrada en la catedral una vez depositado el féretro del escritor y se situó en la parte de la izquierda, mientras que la zona de la derecha se habilitó para las decenas de medios de comunicación que siguieron el funeral.

Nada más comenzar el funeral, oficiado por el administrador diocesano, Félix López Zarzuelo, se abrieron las puertas de la catedral, que en apenas unos minutos quedó totalmente abarrotada.

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