"Le deseo mucha suerte", dijo McCaffrey tras conocerse la sentencia. "La cárcel no es fácil". Biurny Peguero González le acusó en 2005 de haberla violado a punta de navaja en una calle del Bronx; una mentira que repitió a médicos, policías, fiscales, un gran jurado y, finalmente, el jurado que condenó a McCaffrey, según informa The New York Post.
Pese a desearle que no pasara por lo que él había tenido que pasar, McCaffrey también considera que "mentir y acusar a alguien de violarla es peor que ser un verdadero violador o un verdadero asesino". También culpó a los policías que lo arrestaron y especialmente al asistente del fiscal del distrito, por ser el primero en "querer creerse la mentira".
González ha sido condenada a tres años por perjurio, pero podrá salir en libertad condicional dentro de uno, con lo que pasaría pasar entre rejas un cuarto del tiempo que estuvo McCaffrey. El fiscal pidió una condena de dos a seis años para que estuviera en la cárcel el mismo tiempo que el hombre al que llevó a prisión.
Aquella noche de 2005 ella había salido con un grupo de amigas cuando aceptó la invitación de McCaffrey de entrar en su coche. Cuando salió, sus amigas estaban furiosas por haberlas dejado plantadas, de modo que se inventó la historia de la violación para hacerse perdonar. Tenía entonces 22 años. Ha sido un sacerdote quien finalmente la ha convencido para que confiese la verdad.