Los hechos se precipitaron a partir de la ruptura de la pareja en 2003 tras más de ocho años de relación sentimental. En junio de ese año, el acusado, que entonces contaba con 59 años, escribió un texto en el que daba cuenta de la tortuosa relación con esta mujer, en la que destacaba el alto contenido erótico.
Clara intención de perjudicar
De hecho, el documento recoge la participación de dos personas más en sus experiencias sexuales: un amante musulmán y el fallecido esposo de la víctima, de cuya muerte insinúa su culpa y con quien había tenido un hijo. No obstante, la víctima desmiente los hechos, que él asegura como ciertos.
Este manuscrito fue encuadernado y rubricado en todas sus hojas por este hombre, que colocó una fotografía de su joven ex novia en la portada y lo entregó al menos a los suegros de ésta, así como a una pareja de amigos comunes. Estas copias estaban dedicadas personalmente "con la clara intención de perjudicar" a la víctima, según señala el fallo.
La sentencia rechaza rotundamente que fuera un relato diario sino más bien una sucesión de vivencias escrita a posteriori con la clara intención de perjudicar a quien había sido su pareja lesionando su dignidad. "El daño causado es mayor", se afirma en la sentencia, puesto que la mujer "tiene un hijo que mantiene buena relación con sus abuelos paternos y cuya actitud para con su madre puede verse alterada por los comentarios que su familia pueda hacer al respecto".