(Libertad Digital) El 17 de julio de 2005 once bomberos de un retén antiincendios perdieron la vida en Guadalajara en la que fue la mayor tragedia forestal en España. Desde pocos días después de extinguirse el fuego, los familiares de los fallecidos denunciaron la falta de medios, el descontrol y el abandono por parte de la Junta de Castilla-La Mancha.
Coincidiendo con el segundo aniversario de esta tragedia, El País publica una noticia en la que afirma que "el informe final del incendio de Guadalajara descarta negligencia en las once muertes". Según el periódico de Prisa, el dictamen elaborado "por peritos independientes" concluye que "no se aprecia imprudencia ni negligencia en las operaciones de combate del incendio". En la información se achaca el fuego y la tragedia a una "imprudente barbacoa", "el fuerte viento" impidió que hubiera aviones para apagar las llamas y nadie rescató a los miembros del retén porque nadie sabía que estaban allí, explica El País.
Y citando al supuesto informe final añade que "los medios de extinción tuvieron una buena maniobra de respuesta ante un imprevisto (...)". Pero pocas líneas después el diario de Polanco reconoce que "en la gestión del incendio hubo descoordinación y falta de medios, como reflejan las 3.000 llamadas recibidas esos días en el teléfono 112 de Castilla-La Mancha, en el que los equipos no sabían dónde estaban los otros, las órdenes a veces no estaban claras y todo el mundo se quejaba de la falta de medios". Sin embargo, el periodista se pregunta:"¿más aviones hubiesen evitado las 11 muertes? Si el fuego que engulló al retén fue imprevisible difícilmente se podrá imputar a algún responsable de apagar el fuego", se contesta.
Muy diferentes son las conclusiones de Antena 3. "El informe, de 110 folios y realizado por un experto ingeniero de montes, califica la tragedia de gravísima cadena de negligencias. En 13 puntos, resume los errores y la descoordinación existente antes, durante y después del siniestro: desde la falta de medidas preventivas en la zona hasta la tardanza en más de 16 minutos en activar los primeros equipos antiincendios. El documento califica la extinción de errónea, irregular y caótica y se pregunta porque se envió a las victimas a una zona desconocida para ellos, a la peor hora y con las peores condiciones meteorológicas". Además entresaca una de las afirmaciones que en él constan y en la que se acusa a la administración pública de negligencia: "no cabe hablar de un desgraciado accidente sino de una gravísima cadena de serias negligencias por parte de la administración pública".
"Además, se han hecho publicas nuevas grabaciones telefónicas de aquel 17 de junio de 2005 donde se demuestra la falta de medios de extinción, la descoordinación existente o las más de 10 horas que estuvieron los familiares de las victimas sin ningún tipo de comunicación oficial sobre lo ocurrido", concluye la noticia de la cadena de televisión.