Está claro que el origen de la prohibición tiene un sentimiento antiespañolista. Lo próximo será prohibir no solo lo español sino al español. Lo veremos.
Está claro que el origen de la prohibición tiene un sentimiento antiespañolista. Lo próximo será prohibir no solo lo español sino al español. Lo veremos.
Quiero recordar que el hombre (más que la mujer) es un animal depredador y violento por naturaleza. Tenemos una biología adaptada a un contexto de caza y pesca.
Dicho lo anterior, debemos tener leyes que pongan límites al hombre para evitar el maltrato animal, lo cual significa que hay que evitar:
1) Provocar la muerte de forma lenta y cruel a cualquier animal, sea doméstico o salvaje.
2) Limitar la alimentación de nuestra especie a animales criados para tal fin, domésticos o no. Por ejemplo, pescado de piscifactorías.
3) No producir sufrimiento o estress a cualquier animal por diversión del hombre. Por ejemplo, las fiestas con animales.
Los defensores de la Fiesta del Toro aducen como principales argumentos:
a) Si no existiese la Fiesta del Toro, no existirían, porque es una especie criada para tal fin.
Respuesta: el toro siempre ha existido. Otra cosa es que el toro de lidia tenga unas modificaciones genéticas para lograr esas características propias de la lidia. Si no existiese, no pasaría nada. Continuamente y de forma natural, surgen nuevas especies y desaparecen otras. Es algo natural. Otra cosa es que la intervención del hombre acelere ese proceso.
No podemos justificar algo éticamente malo, provocar sufrimiento por diversión, en aras de mantener una especie.
b) Es una tradición de siglos.
Respuesta: que algo sea tradicional no impide que sea éticamente reprobable. También la lucha de gladiadores a muerte o la esclavitud han sido tradiciones de siglos y han sido erradicadas. Y no argumentemos que el hombre es diferente que los animales. Lo único que nos diferencia es el uso de la racionalidad, mayor motivo para prohibir ese maltrato.
c) Hay que respetar la libertad de cada uno. El que quiera que vaya a los toros y el que no le guste que no vaya.
Respuesta: las libertades individuales tienen un límite. Quitar la vida a un ser vivo ( si no es para la propia supervivencia: comer) no es ejercer la libertad individual, es no respetar nuestro entorno para que lo puedan heredar nuestros hijos. Y en caso de tener que matarlos, hay que hacerlo de forma rápida e indolora, siempre que sea posible.
De esta forma, siguiendo estas normas, cada vez más nos desarrollaremos como seres racionales y no como bestias de la peor especie.