(Libertad Digital) La joven Jennifer Sausa comienza a ver la luz al final del túnel tras cinco años en los que lleva sufriendo sensibilidad química múltiple. Esta especie de enfermedad es una respuesta del cuerpo de la persona ante gran parte de compuestos químicos presentes en el medio ambiente. Esto ha provocado que la joven no pueda estar con gente, ver la televisión, hablar por teléfono o incluso a asomarse a la ventana si entra demasiada luz.
Estados Unidos es el país pionero en el tratamiento de la sensibilidad química múltiple. Sin embargo, Sausa no disponía de los medios necesarios para poder trasladarse hasta Dallas, ciudad en la que se encuentra el centro adecuado para la joven. Y para que pudiera cumplir su sueño, el constructor Francisco Hernando, conocido como "El Pocero", puso a disposición de esta familia su jet privado para que realizara el viaje.
De hecho, ha cedido la aeronave durante tres semanas para que la familia encontrara una solución a su dolencia. Una vez resuelto el problema de la aeronave, el siguiente paso era adecuar el interior del jet para que Jennifer pudiera viajar en él. Para ello, lavaron fundas de algodón, eliminaron los olores de los tripulantes y forraron todo el interior con papel de aluminio. Ahora una vez en Estados Unidos, le toca a los médicos cambiar la vida de la "chica burbuja".